Si bien es cierto, no hay una regla escrita, son muchas las recomendaciones que brindan los expertos en relación al tema. Pero coinciden en una misma línea: No es bueno lavarse la cabeza todos los días.
¿El motivo? El pelo produce una sustancia de manera natural que es de textura aceitosa y se conoce como sebo. Su función principal es la de evitar que la raíz del cabello, así como el cuero cabelludo, se sequen. A pesar de que tiene una función vital, en la práctica, esta es la responsable de que el pelo luzca un aspecto grasiento.
La producción de sebo no es la misma en todos los cabellos, sino que depende directamente de varios factores, como de las hormonas, la genética y, en parte, de la frecuencia de los lavados. Esto se debe a que, tras cada lavado, el pelo produce cierta cantidad de sebo para combatir la sequedad. A mayor frecuencia de los lavados, mayor producción de sebo. Y, como consecuencia, mayor sensación de pelo engrasado y sucio de manera continuada. Es decir, que es la pescadilla que se muerde la cola.
Puede que en algunas ocasiones hayas oído hablar de que hay que acostumbrar al pelo a no lavarlo todos los días. De esta manera, al espaciar los lavados, la producción de sebo va a disminuir y el pelo tendrá una apariencia mucho más limpia con menos lavados.
Cada melena es un mundo y no hay una única razón que provoque que el pelo se ensucie antes. Un pelo muy fino, un cuero cabello graso, tocártelo mucho con las manos sucias, malos hábitos de lavado, abuso de ciertos productos o agentes externos ambientales son algunas de las causas que propician que el pelo se ensucie con mayor rapidez.
En cuanto a la frecuencia del lavado por semana, depende directamente del tipo de pelo que tengas. Si suele ensuciarse con rapidez, lo ideal es que consigas aguantarlo un par de días y, por tanto, lo laves entre 3 y 4 días a la semana. Es decir, que te lo laves un día sí y otro no. Para sentirte cómoda sin lavarlo y no tener la sensación de que lleva el pelo sucio, siempre puedes recurrir a alternativas como usar un champú en seco.
Por el contrario, si tienes la suerte de poder aguantarlo más, puedes lavarlo un par de veces a la semana, dejando dos y tres días entre cada lavado.