Son criaturas fascinantemente misteriosas. Su ronroneo, su mirada, pero sobre todo su capacidad de contorsionarse, han hecho de ellos los animales domesticados más sorprendentes. Tal vez lo de que tengan siete vidas solo sea producto de la atracción que generan en los humanos, pero sabías que también poseen una flexibilidad que más de una persona quisiera…
Quizás te habrás preguntado si estos felinos están compuestos únicamente de «líquidos». Marc-Antoine Fardin, físico de la Universidad de París Diderot, examinó esta cuestión en un estudio por el que ganó un premio Ig Nobel de la Improbable Research, una organización dedicada a la ciencia y el humor que recoge estudios que primero te hacen reír y luego pensar.
El investigador había concluido que los gatos parecen encajar en la forma de líquido: adaptando su forma para adaptarse a cualquier recipiente. Sin embargo, la verdadera clave para permitir que los gatos pasen por espacios tan pequeños está su cintura escapular. No hay ningún truco, solo una consecuencia de posibilidades en el organismo de estos animales, y la ciencia lo explica.
En los humanos, la cintura escapular está formada por los omóplatos y la clavícula. Conectados entre sí, brindan un soporte rígido a los músculos del brazo. En los gatos, en cambio, los omóplatos solo están unidos al resto del cuerpo por músculos, no por huesos.
Lo mismo ocurre con sus clavículas. Además, las clavículas felinas son mucho más pequeñas en comparación con el resto del cuerpo del gato que las clavículas humanas en comparación con el resto del cuerpo.
Estas características anatómicas son las que ayudan a los felinos a pasar por aberturas estrechas, dejándonos a todos boquiabiertos. No es otra cosa que una ventaja evolutiva, pero qué ventaja. Ser capaz de caber en espacios pequeños permite a los felinos cazar presas pequeñas como ratones, pero también esconderse y escapar de posibles depredadores.