Por: Gabriel Mendoza
Ante los problemas por inundaciones a los que se ve susceptible el norte del país, específicamente el Valle de Sula, por años se ha hablado de la creación de una represa que venga a solucionar estos graves problemas que mantienen en zozobra a sus habitantes.
La represa El Tablón, es un proyecto que ha sido postergado por los gobiernos desde la década de 1970, donde su primera acción de creación real fue hasta el año 2007 cuando el Congreso Nacional aprobó un contrato para la revisión y actualización de sus estudios de factibilidad.
Mediante el decreto 90-007, el hemiciclo legislativo aprobó el contrato de consultoría entre la Comisión Ejecutiva para el Desarrollo Integral del Valle de Sula (CEVS) y la consultora canadiense SNC-Lavalin International inc, quienes estarían encargados de la revisión y actualización del diseño detallado de ingeniería y diseños de licitación para su concesión.
Es importante decir que, aunque la construcción de esta hidroeléctrica ha estado en planificación por más de 20 años, fue debido a los fenómenos climatológicos de Eta y Iota, los cuales afectaron durante el 2020 al Valle de Sula que se retomó con más fuerza este proyecto.
Según su planificación, esta represa estaría siendo construida sobre el rio Chamelecon, los Llanitos y Jicatuyo en el rio Ulúa en las inmediaciones del departamento de Santa Bárbara.
Inicio de su construcción
Aunque el tema de la construcción de la hidroeléctrica es de suma importancia debido a la afectación climatológica que sufre el Valle de Sula, se prevé que la obra inicie hasta el año 2024.
Según informes, la Unidad Especial de Proyectos de Energía Renovable (UEPER) de la Empresa Nacional de Energía Eléctrica (ENEE) será el ente encargado de poder ejecutar esta obra, quienes estiman que la revisión y actualización de los estudios del diseño de la represa, los cuales finalizarían a finales de diciembre del 2023.
Asimismo, se ha informado que la construcción de El Tablón comenzaría poco tiempo después, donde tendrían un periodo de tres años para su entrega finalizada.
Por su parte, el ministro de Energía, Erick Tejada Carbajal informó que la construcción de esta hidroeléctrica “oscila entre 200 a 220 millones de dólares, lo tenemos presupuestado en los cuatro años de gobierno”.
“Es imperativo para nosotros acelerar la construcción de estas represas como medidas de mitigación y control de inundaciones”, agregó.
De igual forma, el funcionario analizó que no hay probabilidades que estas sean finalizadas en el Gobierno de la presidenta Xiomara Castro.
Un dato importante sobre esta hidroeléctrica es que, con su creación, se habilitarían unas 35 mil hectáreas de tierra que podrían ser utilizadas para ser aprovechadas para la producción a través del riego sostenible en el Valle de Sula.
Además, funcionaria para sistemas de riego en el Valle de Naco, protegería decenas de municipios expuestos a inundaciones y abastecería de agua a ciudades como La Lima y San Pedro Sula, esta primera teniendo grandes problemas de diluvios y una grave falta de agua.
La solución para una calamidad
Esta hidroeléctrica representa un claro alivio para la población de la zona norte, por lo que empresarios como el presidente de la Cámara de Comercio e Industrias de Cortés, Eduardo Facussé, ha sido uno de los principales propulsores para que las autoridades correspondientes agilicen este proceso.
A través de su cuenta de Twitter, el pasado 23 de septiembre, Facussé escribió: “Urgen las represas, para salvaguardar vidas, para la soberanía energética, para la soberanía alimentaria, para tener irrigación eficiente. Ninguna otra tecnología energética brindará las soluciones que necesita Honduras. NO DEBEMOS DEMORAR MÁS”.
Asimismo a inicios de noviembre, el directivo de la CCIC manifestó su molestia por la aprobación del Congreso Nacional de un préstamo por 400 millones de dólares al Banco Interamericano de Desarrollo (BID), mismo dinero que supuestamente sería utilizado para desastres naturales.
“Ridiculos. Congreso Nacional aprueba 400 millones de préstamo con el BID para gastos por inundaciones, cuando El Tablón se puede construir con 114 millones de dólares y solucionar de una sola vez esta calamidad. Nos gusta botar el dinero y no falta quien lo preste”, escribió.
Falta de socialización del proyecto
Otro de los grandes problemas dentro de todo lo que engloba la construcción de esta hidroeléctrica ha sido la falta de socialización con las comunidades de la zona, a la que, durante más de 20 años de planificación, no se le ha informado mucho o nada sobre el proyecto.
En asambleas informativas, la ciudadanía del municipio de Quimistán, ha recordado a las autoridades la importancia de implementar proyectos que sean informados y consultados, ya que de lo contrario violarían los derechos humanos de esta población.
En declaraciones para Radio Progreso en agosto del año en curso, la representante del Servicio Social Pasionista, Marcia Gutiérrez, informó que “la única información que se conoce sobre la construcción de la represa El Tablón es la que el Gobierno ha dado a través de entrevistas a los medios de comunicación”.
Asimismo, la coordinadora del Movimiento Ambientalista Santabarbarense (MAS), Betty Vásquez, manifestó que han planteado a la situación a la presidenta Xiomara Castro, pero lamentan que tanto ella como las dependencias del Estado no ven el daño ambiental que este proyecto causa en el lugar.