Poco después de tocar tierra en la costa este de Florida en la madrugada de este jueves, el huracán Nicole se degradó a tormenta tropical, pero seguía azotando la zona con fuertes vientos, peligrosas marejadas ciclónicas e intensas lluvias, dijeron las autoridades.
El inusual huracán en noviembre provocó el cierre de aeropuertos y parques de diversión, así como evacuaciones, incluyendo la de Mar-a-Lago, la finca del expresidente Donald Trump.
Las marejadas ciclónicas podrían erosionar todavía más muchas de las playas golpeadas por el huracán Ian en septiembre, advirtieron las autoridades. Según el pronóstico, la tormenta se dirigirá a Georgia y las Carolinas entre el jueves y viernes y se prevé que descargue fuertes lluvias en toda la región.
Nicole tenía vientos máximos sostenidos de 110 km/h (70 mph) a primera hora del jueves, dijo el Centro Nacional de Huracanes de Estados Unidos, con sede en Miami. El centro del meteoro estaba a unos 95 kilómetros (60 millas) al sureste de Orlando y se movía en dirección oeste-noroeste a casi 22 km/h (14 mph).
Los vientos con fuerza de tormenta tropical llegaban hasta 720 kilómetros (450 millas) desde el vórtice en algunas direcciones.
Se espera que la tormenta pierda fuerza a medida que avanza sobre Florida y el sureste del país hasta el viernes, y es probable que se convierta en un ciclón postropical más tarde ese día.