Audrey Tiberius planeaba tener más hijos a los 41 por medio de la fecundación in vitro, pero todos sus intentos fallaron. Sin embargo a los 46 quedó embarazada pese a las raras posibilidades, y dio a luz a Sky, River y Bay, quienes nacieron sanos y salvos.
No existe una regla que indique cuál es la edad perfecta para tener un hijo, sin embargo es importante considerar que las posibilidades de lograrlo bajan a medida que pasa el tiempo. Aunque sea un dato que suene obvio, hay mujeres que por las circunstancias en que crecieron lo ignoran.
Ese es el caso de Audrey Tiberius, una mujer de 46 años que vive en Utah (Estados Unidos) y que tuvo bebés a esa edad, pero antes pasó por una etapa de miedo e incertidumbre.
Audrey tuvo la alegría de convertirse en madre hace unos años; Marcus de 13, James de 11, Christian de 9 y Max de 7 son sus hijos mayores, pero ella estaba encantada con la idea de tener más.
En una entrevista con Today, dijo que ha sido muy ingenua en cuanto a la fertilidad, ya que conocía el caso de su abuela que había dado a luz cuando tenía 40 años de edad, pensando que ella también podría hacerlo. Sin embargo, Audrey se dio cuenta de que no siempre era así.
Cuando cumplió 41 años, los especialistas le dijeron que las posibilidades de que tuviera un hijo por medio de la fecundación in vitro (FIV) eran solo del 10% porque sus óvulos eran “demasiado viejos”.
Pudo comprobar que los cálculos eran certeros, porque pasó por 3 intentos y todos fallaron. Sin embargo una verdadera sorpresa le esperaba, ya que a los 46 quedó embarazada de forma natural y dio a luz a Sky, River y Bay, quienes son trillizos idénticos.
Si de por sí quedar embarazada naturalmente a los 45 años es bastante raro, tener tres bebés idénticos lo es aún más. “La mayoría de los expertos sitúan las probabilidades de trillizos idénticos en uno en 200 millones de nacimientos“, dijo Audrey a Today.
“Hablé con un estadístico y aparentemente las probabilidades de que una persona de 45 años tenga trillizos idénticos son de una en 20 mil millones“, agregó la madre.
De este modo, Audrey celebra el nacimiento de los bebés. Y aunque ahora debe extraer leche materna durante un total de 7 horas al día para alimentarlos, y además buscar donantes para pasar más tiempo con ellos, está muy contenta de que llegaran a su vida.
Temía sufrir una pérdida espontánea debido a su edad, por lo que se apoyó en su fe. “Recé para que mis bebés estuvieran a salvo y para que los diera a luz cuando se suponía que debía hacerlo, y eso fue lo que sucedió”, dijo a Today.
“Esto era tan improbable desde el punto de vista estadístico que no hay otra forma de explicarlo que no sea un milagro“, comentó al medio. Dos cosas raras en un solo evento.