La organización terrorista sunita Estado Islámico ha reivindicado en un comunicado el ataque del miércoles contra los fieles del mausoleo Shah Cheragh en Irán, «matando al menos a 20 personas e hiriendo a decenas», reza el texto, publicado en Telegram.
La cifra de víctimas mortales que reivindica Estado Islámico es más elevada que el número oficial de las autoridades iraníes, que aseguran que, producto del atentado, murieron al menos 15 personas y decenas resultaron heridas.
Las imágenes publicadas por los medios oficiales mostraron un auténtico baño de sangre, con cadáveres cubiertos por sábanas. Según una testigo, se escucharon «gritos de mujer» y «el atacante entró y disparó en el santuario».
La agencia Irna publicó la foto de un niño en una camilla y la de una mujer, que yacía en el suelo, sosteniendo a un pequeño junto a un hombre apoyado en una pared, con manchas de sangre.
En medio de una ola de protestas
Según declaró el gobernador de la región, Mohammad-Hadi Imanieh, a la televisión local, el agresor «abrió fuego a ciegas contra los fieles durante la plegaria vespertina» en ese mausoleo, donde se halla la tumba de Ahmad, hermano del imán Reza, una de las figuras más veneradas del chiismo.
El presidente iraní, Ebrahim Raisi, prometió una «respuesta severa» y condenó a los «enemigos de Irán» que buscan «dividir las filas unidas del país (…) mediante la violencia y el terror», según un comunicado de su despacho. Por su parte, el secretario general de la ONU, Antonio Guterres, «condena fuertemente el ataque terrorista» en el santuario, dijo su portavoz Stephane Dujarric.
El atentado se produce en medio de una ola de contestación en Irán, provocada por la muerte el 16 de diciembre de Mahsa Amini, una joven kurda iraní de 22 años, tres días después de haber sido detenida en Teherán por la Policía de la Moral supuestamente por no atenerse al estricto código de vestimenta de la república Islámica.
