Tras 16 meses de negociaciones entre el gobierno de Joe Biden y un grupo de demandantes integrado por beneficiarios del Programa de Estatus de Protección Temporal (TPS) y sus hijos ciudadanos estadounidenses, las conversaciones de conciliación de desmoronaron el martes dejando a unos 260,000 inmigrantes al borde de la deportación de Estados Unidos.
“Cientos de miles de personas han tenido protección humanitaria en Estados Unidos durante más de dos décadas”, dijo Emic MacLean, abogada sénior de la Unión Estadounidense de Libertades Civiles (ACLU) del norte de California que representa a los demandantes.
“Que corran el riesgo de ser arrancados de sus comunidades y familias es cruel e injusto. El presidente Biden debe actuar de inmediato para deshacer la eliminación racista de TPS de Trump y garantizar la protección de los titulares de TPS”, agregó.
MacLean dijo además que “los titulares de TPS y sus familias no deberían estar en el limbo ni un día más”.
TPS
El programa humanitario otorga un amparo de deportación y una autorización de empleo temporal renovable cada dos años mientras dura la protección.
En junio de año pasado los equipos legales que representan a los demandantes y al gobierno de Biden en el caso denominado ‘Ramos v. Mayorkas’, solicitaron oficialmente una moción conjunta para ingresar al Programa de Mediación de la corte de Apelaciones del 9º Circuito.
“Esto significa que la Administración de Biden ahora entrará oficialmente en negociaciones para llegar a un posible acuerdo con los demandantes y resolver la demanda que comenzó después de que la administración de Donald Trump intentara terminar, en 2018, el TPS de varios países, amenazando con despojar a más de 400,000 beneficiarios de su estatus legal”, dijo en esa ocasión el National Day Laborer Organizing Network (NDLON).
NDLON dijo además que “necesitamos que la Administración Biden continúe re-designando el estatus de TPS y expandiendo el programa a todas las comunidades de migrantes que necesitan ayuda inmediata en estos momentos de crisis sin precedentes” y que a medida que comenzamos a discutir un posible acuerdo, continuaremos presionando por re-designaciones para los centroamericanos, como los hondureños, que continúan huyendo de condiciones inestables como causa de los recientes huracanes catastróficos y una crisis política en curso”.