Quienes tienen mascotas, están acostumbradas a que su perro o su gato se acerque a ellos en cualquier momento del día, para exigirles “cariño” o comida. Pero, hoy te traemos un caso muy particular. Se trata de Ryan Phillips, dueño de un santuario de animales ubicado en Estados Unidos, a quien una vaca, que está en su jardín trasero, le pide abrazos.
Una noche como cualquier otra, estaba tranquilamente en su cama junto a su esposa, cuando de pronto, escuchó un fuerte golpe en la ventana. Tras bajar las escaleras, esperando encontrar a un ladrón, el hombre se percató que no era nada de lo que él pensaba.
Al ver a través de la ventana, estaba Jenna, una vaca gigante a la cual Phillips rescató hace un par de meses de un calvario. El animal estaba golpeando con sus cuernos el vidrio, una y otra vez con un solo propósito: Exigir cariño.
Desde esa noche, Jenna llega hasta la ventana de la familia Phillips cada día. Hay momentos en que solo “pide” un abrazo. Otros va en búsqueda de zanahorias y bananas. Y a veces, solo quiere mirar qué ven Ryan y su esposa en la televisión.
“Jenna golpea a diario, varias veces al día. A ella le gusta venir a la ventana y mirar fijamente si estamos comiendo o pasando el rato para hacernos saber que está allí. Ella llamará con sus cuernos para hacernos saber que quiere que salga y le dé un abrazo. A veces quiere zanahorias o ve los plátanos extra maduros a través de la ventana y sabe que son suyos”, dice Ryan.
Aunque para otras personas puede significar un desagrado sentir a la vaca golpeando tantas veces por día, para Phillips no es problema, ya que para él, Jenna es “su bebé”.
“Ella sabe que es amada, segura y que todo el mundo la adora. No puedo imaginar un mundo sin ella. Me despierto todos los días emocionado de que ella esté allí”.
Para Ryan Phillip y su esposa, la mejor parte de su día, es cuando escuchan a Jenna golpeando con sus cachos la ventana frontal y corren a darle un cariñoso abrazo.
