Jair Bolsonaro tiene posibilidades serias de ser reelegido como presidente de Brasil. ¿Significa esto que Luiz Inácio Lula da Silva no puede ganar el balotaje? No, el ex presidente sigue siendo el favorito, pero por un margen cada vez menor ante un Bolsonaro que ha venido creciendo en las últimas semanas.
«Si en la primera vuelta todavía se percibía un temor entre los bolsonaristas a que Lula pudiera ganar en la primera vuelta, el clima ahora es de optimismo», destacó este fin de semana Folha de São Paulo, un medio que no puede ser precisamente tildado de bolsonarista: el actual presidente se dedicó a atacarlo un día sí y otro también a lo largo de sus cuatro años en el Palacio del Planalto.
Tampoco puede ser considerada bolsonarista Marta Suplicy, amiga de Lula y figura histórica del Partido de los Trabajadores (PT). Ex alcaldesa de Sao Paulo, ex ministra de Lula y de Dilma Rousseff y actual directora de Relaciones Internacionales de la mayor ciudad brasileña, Suplicy ve con temor el tramo final de la campaña.
El ex presidente debió «ampliar» su coalición, pero «no hizo lo que debía», se lamenta la ex diputada. «Es difícil ganar sólo con la izquierda, mantenerse en la burbuja de la izquierda», añade.
«Y ahora se ven los resultados, lo que siempre hemos dicho, que está todo muy parejo con Bolsonaro y que no hacía falta esto. Lula podría haber ganado en la primera ronda si se hubiera ampliado como sugerí».
Suplicy añade algo más: el propio Lula le dijo que coincide con ese análisis cuando se lo planteó, pero hay fuerzas en su partido que le impidieron tomar ese camino. «Él está de acuerdo, pero hay un una burbuja que no lo acepta. Creo que ganará, pero será muy ajustado».
El análisis de Suplicy podría ser cuestionado a partir de la fuerte irrupción en la campaña de la centroderechista Simone Tebet, tercera en la primera vuelta y que en los últimos días está protagonizando apasionados discursos en defensa de Lula, ya que, a su entender, cuatro años más de Bolsonaro en el Planalto serían un peligro para la democracia.
Pero esa presencia de Tebet en la campaña se produce en el contexto de una coalición liderada por el PT que dio forma a una campaña nostálgica: más que hablar del futuro, Lula ha dedicado mucho tiempo a defender sus dos presidencias entre 2003 y 2011, y con frecuencia promete que hará lo mismo.
Bolsonaro, en cambio, habla de temas más cercanos en el tiempo: «Brasil tiene una de las gasolinas más baratas del mundo y lleva tres meses consecutivos de deflación». Esos datos económicos, sumados al electoralista incremento de los subsidios sociales a los sectores más postergados, están contribuyendo a acercar al presidente en las encuestas, que fallaron gravemente en la primera vuelta al subestimar el caudal de votos del candidato de la derecha.
Intención de voto-empate técnico
Las últimas encuestas marcan un 49% de intención de voto para Lula contra un 45% de Bolsonaro. Si se considera el margen de error de dos puntos hacia arriba o hacia abajo, se puede decir que se está ante un empate técnico.
Si Lula muestra el apoyo de muchos referentes del mundo de la cultura, Bolsonaro cuenta con el impulso cada vez más entusiasta del futbolista Neymar y un muy intenso protagonismo de Michelle. La primera dama fue decisiva para reducir daños en el ‘affaire’ de las adolescentes venezolanas, a las que el presidente marcó como prostitutas cuando solo se estaban vistiendo y maquillando un sábado por la mañana, como tantas jóvenes en el mundo a su edad.
Lula tildó de pedófilo al presidente, pero la estrategia no parece haber funcionado. Con posibilidades de hacer crecer su ya enorme caudal de votos en el sur del país, Bolsonaro trabó un acuerdo con alcaldes e iglesias evangelistas para reducir su desventaja en el Nordeste, clave para el 48,4 contra 43,2 a favor de Lula en la primera vuelta. Las últimas encuestas muestran que esa estrategia, sumada a los subsidios sociales, le está funcionado al presidente.
Un Bolsonaro que tendrá gran presencia en la televisión en estos días finales. Lula renunció a participar en los próximos dos debates, que se convertirán así en entrevistas al presidente en el horario de máxima audiencia. La cita clave será este viernes 28, cuando Lula y Bolsonaro coincidan para el debate de cierre en la TV Globo, a solo dos días de que 156 millones de brasileños sean convocados a las urnas.