La devastación de la pandemia de peste bubónica dejó una marca genética en la humanidad tan asombrosa que todavía sigue afectando nuestra salud casi 700 años después.
Cerca de la mitad de la población murió cuando la peste negra arrasó Europa a mediados del siglo XIII.
Un estudio pionero que analizó el ADN de esqueletos centenarios encontró mutaciones que ayudaron a las personas a sobrevivir la plaga.
Pero esas mismas mutaciones están vinculadas a enfermedades autoinmunes que afectan a las personas en la actualidad.
La peste negra es uno de los momentos más significativos, mortíferos y sombríos de la historia humana. Se estima que murieron hasta 200 millones de personas.
La peste negra
Sin embargo, aunque ha sido controlada por más de seis siglos por distintos factores ambientales y médicos, la peste bubónica no ha dejado de resurgir en distintas partes del mundo.
En los últimos años se han registrado casos en Estados Unidos, Perú, República Democrática del Congo… y ahora en China.