Por: Gabriel Mendoza
Dentro y fuera de Honduras hemos visto o escuchado hablar acerca del increíble trabajo que realiza en el país un carismático filántropo japones, su nombre es Shin Fujiyama, un joven que día a día continúa sorprendiendo con sus acciones en beneficio de muchas personas y comunidades.
Fujiyama nació en 1984 en la prefectura de Kanagawa en Japón, pero vivió parte de su niñez en Brasil, cuna del futbol, lugar donde intentaría iniciar sus primeros pininos en este deporte y aunque no logró su sueño de generar alegría dentro de un terreno de juego, no renunció a su anhelo de llevar felicidad fuera de la cancha.
Su formación académica la realizó en los Estados Unidos, específicamente en el Estado de Virginia, donde se graduó de la universidad de Mary Washington en Fredericksburg en el año 2007 con el titulo de licenciado en Asuntos Internacionales y pre-medicina.
Muchas personas consideran que nada pasa por casualidad, pero esta fue una de las principales causas del arribo de Shin a Honduras, al llegar como voluntario a raíz de un viaje de clase de la universidad en el 2004. Su destino inicial era Haití, por cosas del destino termino arribando a suelo catracho.
Según lo comentado por Fujiyama, el primer lugar que visitó fue la ciudad de El Progreso, Yoro, donde fue testigo de primera mano de la situación en la que muchos compatriotas viven, faltándoles cosas básicas como una vivienda digna o el acceso a una educación de calidad.
Luego de ese viaje algo cambio dentro de Shin, y al terminar sus estudios, regresó a Honduras para conocer más acerca de las dificultades y necesidades de la gente, su deseo de ayudar le hizo crear en el año 2006 la fundación Students Helping Honduras (Estudiantes ayudando a Honduras) junto a su hermana Cosmo.
Para el año 2007 y ya en el país, la organización creada por Cosmo y Shin en conjunto con personas de la comunidad construyeron en El Progreso la aldea de Villa Soleada, así como también el hogar para niños de esta localidad y su escuela bilingüe.
El sueño de las mil escuelas
En múltiples ocasiones y lugares Shin ha manifestado su deseo de poder construir mil escuelas en todo el país, algo increíble puesto a que el acceso a la educación es uno de los mayores problemas a los que se enfrentan miles de niños y jovenes en Honduras.
Según el informe de Progreso Educativo Honduras 2022, de los 758 mil menores que han quedado rezagados del sistema educativo nacional, al menos 200 mil no quieren continuar estudiando.
Además, la exclusión del proceso educativo es preocupante, puesto a que, según este mismo informe, de cada 10 alumnos que ingresan a primer grado, solo 3 concluyen la secundaria.
Hasta la fecha, Shin ha construido 63 de las 1.000 escuelas previstas, centros educativos en las que los niños y adolescentes que asisten reciben una educación de calidad y con clases de inglés, algo que les permitirá abrirse muchas más puertas en el mundo al ser bilingües.
Asimismo, según datos brindados en la pagina web de Estudiantes ayudando a Honduras, hasta el 2019 más de 7.000 personas se han inscrito como voluntarios para la organización en el país, se han realizado más de 50 proyectos, se han recaudado más de 5 millones de dólares y la organización cuenta con más de 70 miembros, del cual la mayoría son hondureños.
Un trabajo reconocido
Es debido a este trabajo altruista realizado por Shin, que el Congreso Nacional le ha reconocido con una medalla de oro y un Pergamino Especial de Reconocimiento por su aporte a la educación del país a través de su fundación.
Al recibir su reconocimiento, Fujiyama expresó que recibía el homenaje “a nombre de muchas personas que trabajan en la fundación, de los donantes y voluntarios de muchos países que hacen posible desarrollar su labor social en Honduras”.
“Vamos a llegar a construir 1.000 escuelas aquí en Honduras, ese es el sueño que tengo. Estamos en el proyecto número 63, falta mucho, pero con el apoyo de cada uno de ustedes yo sé que vamos a llegar a ese sueño” recalcó.
Es importante mencionar que muchos hondureños han comentado que, en tan poco tiempo, Shin ha hecho más por las comunidades pobres del país que muchos políticos durante décadas, ya que el joven japonés ha destacado que es en esos lugares de escasos recursos donde viven los hondureños más trabajadores y donde la mayoría tiene un gran corazón.