La plataforma de vídeos cortos, que surgió con el objetivo de inspirar la creatividad y generar momentos de diversión se ha convertido en un escenario para exponer a personas sin su consentimiento en situaciones que fomentan la violencia digital disfrazadas de tendencias.
La ciudadana mexicana, Rosalía Jiménez Morales decidió denunciarlo mediante un video en TikTok que se volvió viral y visibiliza un problema frecuente: las afectaciones al derecho a la imagen y a la voz de las personas, principalmente mujeres, ante las tecnologías de información y comunicación.
Jiménez denunció en un video a quien presuntamente la había grabado al interior de las instalaciones de un gimnasio, ubicado en un centro comercial de la Ciudad de México: “En el mes de Julio, un tipejo de nombre (…) me grabó entrenando y subió el video a TikTok, a esta red con títulos como ‘momentos bizarros’, #queeseso, #humor, #flyp, #cosasdelgimnasio y así, entonces me dirigí a las autoridades en cuanto encontré el video, de hecho no lo encontré yo, lo encontró una de mis niñas de Poll y me lo enseñaron”.
El video al que se refiere Jiménez exponía, sin su consentimiento, su imagen mientras ejecutaba ejercicios en una máquina del gimnasio, que a primera vista parece no afectar a nadie. Sin embargo, el contexto se lo da el audio con el que se acompaña el material.
El material que denunció la usuaria Rosalía exponía a la afectada como algo bizarro, que se sale de los parámetros normales de un gimnasio: “Qué tiene que estarse mofando de una acción que a lo mejor ni conoce, él es un don nadie, yo soy una excampeona nacional de fisicoculturismo. Perfectamente sé lo que estoy haciendo y no era para que él se metiera conmigo y sobre todo con nadie”, dijo Jiménez en un video compartido en su cuenta de TikTok.
