El «fervor punitivo» de la «guerra contra las pandillas» del Gobierno del presidente Nayib Bukele en El Salvador ha generado las condiciones para que se produzca una «crisis humanitaria» en las prisiones, a las que se han enviado más de 54.000 detenidos en los últimos seis meses, de acuerdo con un informe de International Crisis Group dado a conocer este jueves.
La Asamblea Legislativa, de mayoría oficialista, aprobó a finales de marzo un régimen de excepción y seis ampliaciones para suspender derechos constitucionales ante una escalada de homicidios.
Según el documento, titulado «Un remedio para la fiebre carcelaria en El Salvador», este «terrible aumento en la violencia de pandillas» se dio «en medio del colapso de los diálogos secretos entre el Gobierno y las pandillas».
A juicio de la organización, esto «ha allanado el camino para una ofensiva policial marcada por el fervor punitivo y la suspensión de derechos básicos».
Agrega que «en lugar de limitarse a perseguir a los responsables de la oleada de asesinatos de marzo», el Gobierno ha usado el régimen no solo para «reprimir despiadadamente» a pandilleros o personas con vínculos, sino que «incluso a algunos que no los han tenido».
«En este proceso, ha generado las condiciones para que pueda haber una crisis humanitaria en las hacinadas cárceles del país», advierte la organización.
Señala que «las condiciones específicas de las cárceles en este momento son difíciles de determinar», dado que «no es posible confirmar el total registrado de reclusos».
«Es probable que el aumento repentino de encarcelamientos masivos tenga consecuencias nefastas para las cárceles de El Salvador» y «es probable que el hacinamiento empeore las ya precarias condiciones sanitarias», subraya.
UN «RESPIRO FUGAZ»
Crisis Group indica que «a pesar de su popularidad, la actual política de mano dura no es una solución prometedora» a largo plazo.