El novio se despertó, cogió el coche y dejó plantada a la novia a pocas horas de la boda. Los padres de él tuvieron que avisarla y ella decidió seguir la fiesta con su familia.
Casarse es para muchas parejas uno de los momentos clave en su relación. Una ocasión para celebrar el amor con sus amigos y familiares. Sin embargo, ese día puede volverse una fecha negra en el calendario si las cosas no salen como estaban planeadas. Es lo que le ocurrió a Kayley Stead, una joven que tenía planeada su boda para el pasado 15 de septiembre en Gales.
La joven había preparado una boda por todo lo alto con su pareja, en la que se habían gastado 14.000 dólares. La noche anterior la pareja decidió dormir separada para respetar la tradición, ella estuvo con sus amigas más cercanas mientras él se fue con sus padres.
Al día siguiente la joven se despertó y comenzó a arreglarse. Desayunó y recibió a la maquilladora. A las 11 de la mañana se encontraba a punto de vestirse cuando recibió una llamada. El padre del novio llamó para decir que el joven no se encontraba en el hotel. La joven no le dio importancia porque era habitual que saliera andar y estuviera horas fuera. «Todavía tenía muchas esperanzas. A lo largo de nuestra relación él salió a caminar o a conducir para despejarse la cabeza muchas veces cuando estaba nervioso», explicó Kayley a ‘The Sun’. Los padres del novio explican que se despertó amaneció ansioso, tenso, algo no andaba bien.
Los padres del novio la llamaron
Sin embargo, al poco rato volvieron a recibir otra llamada. Era el padre de él otra vez. El hombre le explicó con tristeza que el joven se había escapado y no iba a volver. «Soy el papá del novio. Llamo para decirte que él está bien, pero no va a venir. Lo siento pero está a cuatro horas de distancia», le dijo a la novia.
La joven no pudo evitar romper a llorar tras recibir la triste noticia. Sin embargo, con el maquillaje corrido por sus mejillas y los ojos hinchados de llorar, decidió darle la vuelta a la situación. Fue al baño, se secó las lágrimas, se miró al espejo y se dijo: «Lo haré».
Decidió seguir adelante con la boda sin el novio. «Esa pesadilla se convirtió en un día del que siempre estaré orgullosa», señaló al citado medio. Hubo que cambiar el cartel de la entrada, en vez de «Señor y señora», pasó a ser «Kayley’s Shindig». La joven disfrutó de la fiesta con sus seres queridos e incluso inauguró la fiesta con un baile con su padre.