Las autoridades de salud de Indonesia confirmaron este martes que la cifra de fallecidos tras una estampida en el estadio de fútbol de Malang aumentó a 131, luego de que seis personas que estaban hospitalizadas con heridas de extrema gravedad perdieran la vida en las últimas horas. La tragedia es una de las peores registradas en la historia de este deporte.
Ante las repercusiones generadas por lo sucedido, las autoridades indonesias suspendieron a agentes y abrieron investigaciones contra otros, por su actuación el pasado sábado, cuando un grupo de hinchas invadió la cancha y las fuerzas de seguridad lanzaron gases lacrimógenos a las tribunas, desatando una estampida en la que murieron prácticamente todas las víctimas de esa jornada.
El jefe de la policía de Malang, Ferli Hidayat, fue reemplazado el lunes, nueve agentes fueron suspendidos y otros 19 están bajo investigación, indicó el portavoz de la policía nacional, Dedi Prasetyo. El gobierno indonesio, en tanto, suspendió la liga nacional y creó una comisión de investigación de la tragedia cuyos trabajos deberían completarse en dos o tres semanas.
Acciones legales contra los agentes
La Policía aseguró que «hará cumplir las leyes contra los culpables». Nico Afinta, jefe de la Policía de Java Oriental, donde ocurrió el incidente, dijo que la investigación interna busca evaluar la actuación de los policías, en las que están siendo interrogados 28 agentes que estuvieron presentes en esa jornada fatídica.
De los fallecidos, 33 son menores de entre 4 y 17 años (25 niños y 8 niñas), detalló Nahar, viceministro de Protección Infantil. Además, más de 320 personas resultaron heridas. La mayoría de los decesos y lesiones fueron por asfixia, traumas o pisotones, dijeron fuentes hospitalarias. Los aficionados del Arema FC instalaron un centro improvisado en Malang para recibir denuncias legales y dijeron que presentarán una querella contra los agentes.