«Nunca habíamos visto una inundación como esta». Menos de un día después de que el huracán Ian tocara tierra el miércoles en Florida (EE.UU.), la devastación en algunas de las localidades de la península es evidente. El gobernador del estado, Ron DeSantis, ha calificado de «históricos» los daños y de inédita la inundación, mientras el presidente de EE.UU., Joe Biden, ha aprobado la declaración de zona catastrófica y ha advertido de una importante pérdida de vidas.
Florida ha iniciado este jueves las labores de rescate tras el huracán y la evaluación de los daños en medio de la conmoción por la dimensión del desastre. El balance de víctimas no está claro y las autoridades solo han informado de dos muertes «probables» y 20 inmigrantes desaparecidos, aunque se espera que el balance se eleve. «Este podría ser el huracán más letal en la historia de Florida. Los números aún no están claros, pero estamos escuchando los primeros informes de lo que puede ser una pérdida sustancial de vidas», ha dicho Biden. Las imágenes de barcos arrastrados hasta la puerta de las casas, puentes derruidos, calles convertidas en lagos con agua a más de un metro de altura, puertos hechos astillas y playas desaparecidas se multiplicaban tras el paso del huracán.
Algunas localidades del sur de Florida, como Cape Coral y Fort Myers, quedaron «devastadas», dijo DeSantis, y más de dos millones y medio de personas quedaron sin electricidad a lo largo del estado. La ciudad de Punta Gorda se sumió en la oscuridad. «Era incesante. El viento soplaba constantemente sobre nuestras cabezas. Podíamos escuchar el metal golpeando contra el edificio. Estaba oscuro. No sabíamos qué estaba pasando afuera», contó Joe Ketcham, uno de los residentes que no evacuaron, a AFP.
Cada 500 años
La devastación que ha quedado es comparable a los excepcionales registros meteorológicos que ha dejado Ian. A nivel probabilístico, es una tormenta con una fuerza y características que solo se da una vez cada 500 años.
Florida ha iniciado este jueves las labores de rescate tras el huracán y la evaluación de los daños en medio de la conmoción por la dimensión del desastre. El balance de víctimas no está claro y las autoridades solo han informado de dos muertes «probables» y 20 inmigrantes desaparecidos, aunque se espera que el balance se eleve. «Este podría ser el huracán más letal en la historia de Florida. Los números aún no están claros, pero estamos escuchando los primeros informes de lo que puede ser una pérdida sustancial de vidas», ha dicho Biden. Las imágenes de barcos arrastrados hasta la puerta de las casas, puentes derruidos, calles convertidas en lagos con agua a más de un metro de altura, puertos hechos astillas y playas desaparecidas se multiplicaban tras el paso del huracán.
Algunas localidades del sur de Florida, como Cape Coral y Fort Myers, quedaron «devastadas», dijo DeSantis, y más de dos millones y medio de personas quedaron sin electricidad a lo largo del estado. La ciudad de Punta Gorda se sumió en la oscuridad. «Era incesante. El viento soplaba constantemente sobre nuestras cabezas. Podíamos escuchar el metal golpeando contra el edificio. Estaba oscuro. No sabíamos qué estaba pasando afuera», contó Joe Ketcham, uno de los residentes que no evacuaron, a AFP.
Cada 500 años
La devastación que ha quedado es comparable a los excepcionales registros meteorológicos que ha dejado Ian. A nivel probabilístico, es una tormenta con una fuerza y características que solo se da una vez cada 500 años.
Ian tocó tierra en el suroeste de Florida el miércoles por la tarde como un huracán de categoría cuatro, empatando como el quinto huracán más fuerte registrado en la historia de Estados Unidos, según ‘The Washington Post’. Entró con vientos sostenidos de 240 kilómetros por hora y ha dejado precipitaciones de más de 300 litros por metro cuadrado en algunos puntos de Florida en menos de 24 horas, un valor comparable a la lluvia que cae en La Coruña durante los tres meses que dura el invierno.
Las marejadas ciclónicas -el aumento anormal del nivel del mar provocado por la tormenta y que es capaz de penetrar tierra adentro- causó importantes inundaciones y llegó a los 3,6 metros en algunas localidades costeras.
En Naples, una ciudad del suroeste de Florida, la mitad de las calles quedaron intransitables por la marea alta. El jefe de bomberos, Pete DiMara, relató a CNN que su estación se inundó repentinamente con hasta dos metros de agua, lo que impidió que sus equipos respondieran a las llamadas de emergencia. Y no fue la única ciudad con el mismo problema. El Centro Nacional de Huracanes describió como «inundaciones catastróficas» las que se dieron en el este y partes centrales del estado.
Este jueves Ian ha ido perdiendo fuerza a medida que cruzaba el estado, hasta quedar degradado a tormenta tropical, con vientos sostenidos de unos 110 kilómetros por hora. Sin embargo, la previsión apunta a que volverá a fortalecerse durante su desplazamiento sobre el Atlántico y podría tener de nuevo categoría de huracán cuando llegue a Carolina del Sur, previsiblemente este viernes.
Emergencia
Los gobernadores de Virginia, Georgia, Carolina del Norte y Carolina del Sur declararon estados de emergencia ante la llegada de Ian, porque aunque haya perdido fuerza aún se espera que produzcan fuertes vientos y lluvias, así como marejadas ciclónicas en partes de Florida, Georgia y las Carolinas, dijo el Centro Nacional de Huracanes de EE.UU. También se mantiene el riesgo de inundaciones en el norte de Florida, así como «inundaciones repentinas urbanas».
No obstante, una vez toque tierra en Carolina del Sur, los expertos esperan que el huracán se degrade de nuevo de forma muy rápida.