Un lugar para descansar, en eso se han convertido algunos rincones del Cementrerio General de Tegucigalpa para varios indigentes.
Muchos de ellos llevan un «itinerario normal», levantándose desde las seis de la mañana para realizar labores de recolección de plástico.
Asimismo, varios de los «residentes» de estas tumbas profanadas son alcohólicos.