Joey Leathwood, de 2 años, pudo disfrutar de las olas gracias a su silla de ruedas especial. “Le ha dado a mi hijo la oportunidad de experimentar las olas y la belleza de la Madre Naturaleza en lugar de sentirse excluido y diferente”, dijo su madre.
Los padres siempre querrán apoyar a sus hijos en todo lo que necesiten, aún más cuando se trata de pequeños con necesidades especiales que requieren de constante atención para poder hacer más sencilla su vida. Ese es el caso de Joey Leathwood, un niño de Sheffield, Inglaterra, quien padece con parálisis cerebral.
Este pequeño de 2 años de edad debe usar una silla de ruedas para poder trasladarse y en todo momento sus padres deben estar a su lado para ayudarlo. Sin embargo, esto no significa que el chiquillo no pueda cumplir los sueños que tenga. De hecho, uno de ellos lo pudo hacer realidad recientemente.
Este pequeño tenía muchas ganas de conocer el mar, por lo cual su familia hizo todo lo posible para llevarlo a Skegness Beach en Lincolnshire, según reseñó Daily Mail. A pesar de no poder tirarse al mar con libertad, disfrutó y rió mucho cuando lo acercaron a la orilla en su silla de ruedas especial.
Aunque al niño lo irrita mucho la arena de la playa, la pasa muy bien cerca del agua, por lo cual se vio muy feliz cuando estuvo en contacto con el mar. El día se volvió más divertido aún cuando pudo jugar con sus hermanos Connor, de 11 años, y Maisie, de 8 años, por primera vez “en lugar de sentirse excluido y diferente”, según comentó su mamá, Helen.
“No puede hacer nada por sí mismo y tiene problemas sensoriales masivos. No le gustan ciertas texturas, como la hierba, la arena, la nieve y las cosas esponjosas, por lo que normalmente evitamos la playa porque se enfermará si no puede procesar un sentimiento y terminará atrapado en su cochecito lejos del mar“, comentó la mujer de 34 años.
“Como él no puede sentarse, es imposible jugar con mis otros hijos y que Joey sea parte de él hasta que alquilamos la silla de ruedas de playa”, agregó.
Es por todo esto que la familia está agradecida con la compañía que hace esta sillas especiales. “Le ha dado a mi hijo la oportunidad de experimentar las olas y la belleza de la Madre Naturaleza en lugar de sentirse excluido y diferente“, expresó Helen.