“Queríamos simbolizar lo que hemos pasado como familia”, dijeron Rebecca y Tom, padres de Izzy y Will, quienes nacieron con dos enfermedades graves.
Los padres son los primeros en estar ahí cuando sus hijos nacen con dificultades en su salud. Y no solamente de una forma financiera, sino que también en forma de compañía y soporte emocional y psicológico.
Las enfermedades graves conllevan tener que someterse a largos y complejos tratamientos que pueden provocar un gran desgaste físico, sumado a las grandes sumas de dinero que se tienen que desembolsar.

Eso lo fueron descubriendo en el camino Rebbeca y Tom Golding, cuya hija, llamada Izzy, nació con dos extrañas condiciones que se conocen como fístula traqueoesofágica y atresia esofágica, las que afectan su tubo de alimentación y también las vías respiratorias.
Según información de Metro UK, esta enfermedad se desarrolló cuando Izzy estaba en el útero. “No lo sabíamos en ese momento, pero la leche y la saliva iban directamente a sus pulmones. Básicamente se estaba ahogando“, contó la madre.

Luego de un par de cirugías en sus primeros días de vida, a Izzy se le puso un tubo artificial de alimentación en su estómago, el que le permite obtener nutrientes sin tener que tragar.
Rebecca y Tom se preparaban a tener su segundo hijo sin saber que nacería con otra complicación parecida a la de Izzy. Will tenía problemas para respirar y no dejaba de vomitar cuando le daban su alimentación en sus primeros días de vida.

Para ellos fue “un golpe psicológico” que su segundo retoño también tuviera problemas graves de salud. Al pequeño le diagnosticaron laringomalacia, un problema grave en la laringe que le genera un bloqueo en las vías respiratorias.
Al igual que su hermana, ahora Will luce un tubo artificial, llamado gastronomía de botón.

Tanto Rebecca como Tom decidieron realizar un gesto para que sus hijos siempre sepan que sus padres estuvieron allí con ellos: quisieron hacerse tatuajes en sus estómagos para simbolizar el tubo artificial que ambos traen consigo.
“Queríamos simbolizar lo que hemos pasado como familia y mostrarles a Izzy y Will que tener un botón es algo de lo que estar orgullosos“, explicó Rebecca.

Además de eso, Tom, quien es maestro de educación física, comenzó a participar activamente de las actividades del Evelina London Children’s Charity, hospital que atendió a sus dos hijos desde que eran bebés.
“Quería enfrentarme a estos difíciles desafíos para agradecer a Evelina London por salvar la vida de mis hijos, nunca sabrán lo agradecido que estoy“, explicó él.


