Cuatro monjas católicas fueron secuestradas ayer por individuos armados en el sur de Nigeria, informó la congregación de las Hermanas de Jesús El Salvador en un comunicado publicado este lunes por medios locales.
Las religiosas fueron raptadas el domingo por la mañana en una carretera de la zona de Okigwe-Umulolo, en el estado de Imo, cuando se dirigían a una misa de acción de gracias, según el convento de las monjas.
«Imploramos una oración intensa por su liberación rápida y segura», subrayó el comunicado, que reclama la puesta en libertad «incondicional» de las secuestradas. Las monjas fueron identificadas como Johannes Nwodo, Christabel Echemazu, Liberata Mbamalu y Benita Agu.
Hace algo más de una semana, un sacerdote católico, Chinedu Nwadike, fue secuestrado en la misma carretera, si bien resultó liberado dos días después. Nigeria ha experimentado este año un incremento de ataques y secuestros en varias zonas del país.
Los estados del centro y noroeste de Nigeria sufren ataques incesantes por parte de «bandidos» -término usado en el país para nombrar a las bandas criminales que cometen este tipo de asaltos- y secuestros masivos para lograr lucrativos rescates.
La violencia continúa a pesar de las reiteradas promesas del presidente de Nigeria, Muhammadu Buhari, de acabar con el problema y del despliegue de fuerzas de seguridad adicionales en la zona.
A esta inseguridad se suma la ocasionada desde 2009 en el noreste por la actividad del grupo yihadista Boko Haram y, desde 2015, de su escisión, el Estado Islámico en la Provincia de África Occidental (ISWAP, por sus siglas en inglés).
Ambos grupos han matado a más de 35.000 personas y han causado unos 2,7 millones de desplazados internos, sobre todo en Nigeria, pero también en países vecinos como Camerún, Chad y Níger, según datos gubernamentales y de la ONU.