Diversos sectores, entre ellos la iglesia Católica han criticado la postura de Honduras ante la crisis que se vive en Nicaragua y llaman al gobierno de la presidenta Xiomara Castro a condenar las violaciones de derechos humanos a manos de Daniel Ortega.
La iglesia católica de Nicaragua enfrenta su momento más álgido en la relación con el gobierno del presidente Daniel Ortega, tras la retención del obispo de Matagalpa, Rolando Álvarez, uno de los más críticos a la gestión oficial. Además, el mandatario, ha prohibido las procesiones religiosas y vigila las misas católicas.
Ayer, el canciller de Honduras, Eduardo Enrique Reina, justificó la postura del país aduciendo que el actual gobierno no se entromete ni interviene en problemas internos de otras naciones.
“La posición del gobierno de la presidenta Castro es muy clara, somos un país que respeta principios internacionales como el de no intervención en asuntos internos de otros Estados y la autodeterminación de los pueblos”, adujo Reina.
Enfatizó que Nicaragua es un país amigo y respetarán los temas internos.
“Tratamos de tener una relación importante sobretodo con nuestros vecinos sin olvidar que son países con los que tenemos una importante relación humana y comercial, respetamos los temas internos con los países amigos y hermanos”, puntualizó.