Salman Rushdie sigue hospitalizado después de que un hombre simpatizante con el extremismo islámico iraní le apuñalara en el cuello y otras partes del cuerpo el viernes en un auditorio de Chautauqua (Nueva York) poco antes de comenzar una conferencia.
El estado de salud del escritor, condenado a muerte en 1989 con una fetua o decreto islámico por el ayatolá Jomeini, ha mejorado, pese a la gravedad de las heridas. La recuperación será «larga» y sus heridas son «severas», pero su estado de salud «va en la buena dirección», tal y como aseguró este domingo su agente, Andrew Wylie, en un correo electrónico difundido por la agencia Reuters.
Rushdie fue atendido en un primer momento, en medio de un charco de sangre, en el escenario del auditorio del Instituto Chautauqua, en el extremo oeste del estado de Nueva York, que celebraba un festival literario y que invitó al escritor para una ponencia sobre libertad de expresión y escritores en exilio. Fue trasladado de urgencia en helicóptero a un hospital del Centro Médico de la Universidad de Pittsburgh, en Erie (Pensilvania), a cuarenta minutos en coche.
Rushdie recibió tres puñaladas en lado derecho del cuello, cuatro en el estómago, además de perforaciones en el ojo derecho y en el pecho y un corte en la pierna.
El novelista de origen indio requirió de un ventilador para respirar y Wylie dijo que tenía dañado el hígado y se temía que perdiera el ojo afectado. El sábado, sin embargo, se concretó su mejoría: se le retiró la respiración asistida y el escritor ya podía hablar. El domingo, el comunicado del agente certificaba el avance de la recuperación.
El atacante, Hadi Matar, de origen libanés y con residencia en New Jersey, compareció ante el juez el sábado. La fiscalía le impuso cargos de intento de asesinato de segundo grado y de agresión (el segundo, por las heridas que sufrió Henry Reese, el director del Chautauqua Institute, que estaba sentado junto a Rushdie).
