Dos casas fueron consumidas por las llamas en la colonia Miramar de La Ceiba.
Uno de los inmuebles es propiedad de un hondureño que reside en Estados Unidos, y la había dejado a cargo de un sobrino.
El mismo sobrino prendió en fuego la cada, porque su tío no le mandaba remesas y decepcionado del abandono de su amigo, el jugador Romell Quioto.