Cada semana aparecen nuevos basureros clandestinos en diversas zonas de San Pedro Sula, dejando un mal aspecto en la ciudad.
Asimismo, los recolectores de desechos se aprovechan de la situación, realizando búsqueda de artículos que sean de valor para ellos.
Incluso, ni si quiera las orillas de las calles se salvan de los “cerros” de basura que botan las personas.