La guerra desatada por Rusia en Ucrania continúa, y está claro que Alemania se encamina hacia una crisis energética en el próximo invierno. No sorprende, en consecuencia, que también los integrantes de los partidos del gobierno de coalición (socialdemócratas, verdes y liberales) reflexionen sobre si seguir produciendo electricidad con las tres plantas atómicas que quedan operativas en el país.
Incluso, la categórica negativa de Los Verdes se ha debilitado entretanto. Demasiado grande es el temor del partido ecologista a las iras ciudadanas en caso que en el invierno fallaran las calefacciones o hubiera cortes de luz.
Liberales apuestan por la energía nuclear
El Partido Demócrata Liberal pasa cada vez más a la ofensiva, y aboga por prolongar no solo unos meses más el funcionamiento de las plantas nucleares, hasta el verano de 2023, sino hasta 2024. Se espera que para ese entonces la economía alemana haya consumado su desprendimiento del gas ruso.
La opositora Unión Demócrata Cristiana, también apuesta por la energía nuclear para hacer frente a la aguda escasez de combustible. Su líder, Friedrich Merz, vaticina desde ya que no se llevará a cabo el cese de operaciones de las plantas atómicas proyectado para fines de este año.