Al menos 900 mujeres se encuentran recluidas en la Penitenciaria Nacional Femenina de Adaptación Social (PNFAS), cumpliendo sus condenas, por los diferentes cargos atribuibles.
Sin embargo, son muchos los casos que existen dentro de la misma penitenciaria, y uno de ellos es la situación de invisibilidad que viven día con día los niños de madres que están privadas de libertad, niños que despiertan con sus madres, pero aislados de la sociedad.
Cabe destacar que, su desarrollo es diferente, y la brusca separación que tienen de sus madres es también, causante de discriminación a esos menores.
Dilcia Vásquez, una de las reclusas quien es acusada a diez años de prisión, manifestó que “es difícil para uno, por que uno se ha acostumbrado a estar conviviendo con ellos, como que nos quitan un poco de amor hacia nuestros hijos, pero al igual la ley nos obliga que debemos de entregar a nuestros hijos a familiares de uno”.
Por su parte, Glenda Ayala del Comité Nacional de Prevención Contra la Tortura y Otros Tratos Crueles Inhumanos o Degradantes (CONAPREV), dijo “para nosotros es de suma preocupación que existan niños privados de libertad, sus madres deberían de ser escuchadas” y que han impulsado la aplicación de las reglas Bangkok.