El rubro de los zapateros de la séptima avenida de Tegucigalpa, lugar donde se crean los zapatos a mano, no pierden la esperanza de vender su calzado 100% hondureño.
«Cada taller maneja entre 100 a 120 modelos, yo tengo un sin número de dinero invertido en modelos», declaró un zapatero.
Asimismo, los hijos de los zapateros desde pequeños son instruídos en este oficio, donde sus padres se muestran orgullosos de poder enseñar a sus progenitores el proceso de elaboración de zapatos.
«El zapato hondureño vale la pena, hacemos un buen trabajo, el zapato hondureño es el mejor», dijo otro zapatero.