Durante la homilía dominical el arzobispo de Tegucigalpa reflexionó sobre la ola de violencia que arropa a Honduras en la actualidad, en el último hecho murieron cuatro jóvenes, entre ellos el hijo del expresidente Porfirio Lobo Sosa.
“Esto nos debe hacer reflexionar hermanas y hermanos, Honduras no puede seguir así, polarizada por intereses mezquinos que van contra la voluntad de Dios”, apostilló el también coordinador del Consejo de Cardenales del Vaticano.
Consideró que tantos los autores materiales como intelectuales no son buenos hondureños ni son buenos hijos de Dios.
Señaló que se trató de un ataque dirigido y lamentó que se siga derramando sangre en el territorio hondureño.
“No pueden quitar la vida a los demás, no tienen derecho, nadie tiene derecho de quitarle la vida a otras personas”, sentenció.
Acto seguido, apuntó que no solo se debe repudiar este crimen sino que se debe hacer lo que se pueda para eliminar la violencia y sembrar la ley de Dios.
Al respecto pidió trabajar en la educación moral de aquellos “que crecieron embrutecidos por el Dios Dinero”.
Caviló que quienes quitan la vida por medios materiales jamás disfrutarán de ellos y tampoco tendrán paz interior en su conciencia sabiendo que son asesinos.
Señaló que este tipo de crimen no solo toca a una parte del país sino a todos, por lo que exhortó a orar por las familias dolientes.
“No podemos seguir así, Honduras tiene que cambiar. Honduras debe reconciliarse y pensar en hacer el bien, es lo único que nos llevaremos al momento de presentarnos ante nuestro creador y redentor”, enfatizó.