Un pacto de un alcalde de Talgua con el príncipe de la tinieblas para la construcción de un puente a cambio de la vida de todos los gallos del pueblo, deja una leyenda de origen lenca que hasta la fecha mantienen viva en esta comunidad.
El quebrantamiento del pacto provocó el enojo del diablo que agarró a patadas una piedra que ahora se ha convertido en un símbolo de la ciudad, la que supuestamente desde aquella fecha esta bajo una maldición.