«Madre no se preocupe ando trabajando, la amo mucho”, fueron las últimas palabras de Norlan Rivera antes de morir en una masacre suscitada en un centro comercial del bulevar Morazán de Tegucigalpa.
Asimismo, su madre manifestó que su hijo tenía ocho años de laborar como chofer de la familia Lobo y que siempre fue muy responsable en sus labores.
También, aseguró que su hijo se dedica a trabajar y que solo buscaba ganarse la vida para poder ayudarle y sus 3 hijos.