Carismática, llena de sueños y con una vida por delante, así era Ingrid Jiménez, farmacéutica asesinada a balazos en el interior de su vehículo, en la ciudad de Catacamas, Olancho.
Los familiares y amigos de Jiménez, se lamentaron y piden justicia a través de las redes sociales, quienes aseguran que ella era una persona con ganas de salir adelante.
«Ingrid era una muchacha humilde, trabajadora, dedicada únicamente a su trabajo, una joven llena vida de sueños, apenas el año pasado logró terminar su carrera, graduándose como doctora en Ciencias Químicas y Farmacia en la Universidad Nacional Autónoma de Honduras (UNAH). También, laboró varios años en el hospital Hermano Pedro», publicó un amigo de Ingrid Jiménez en Facebook.
Asimismo, la joven cumplió años un día antes de su asesinato, factor que influye y alimenta la consternación de sus familiares y amigos.
«Apenas ayer estuvo de cumpleaños y hoy le arrebatan la vida cobardemente, cuanto pesar que personas tan jóvenes tengan que morir de esta manera», continuaban los lamentos en redes sociales por la partida de Jiménez.
Ingrid fue acribillada a tiros mientras hablaba por teléfono con su padre, según informó una fuente policial.
La víctima apenas tenía 30 años y fue atacada por desconocidos en el barrio Santa Cruz, de Catacamas.
Jiménez estaba acompañada por un sobrino, Leonardo Jiménez, de 13 años, quien resultó herido y recibe atención médica en un hospital.
El padre de la farmacéutica, en medio del dolor, dijo a Hable Como Habla (HCH) que alcanzó a escuchar los disparos en el momento que hablaba con su hija, así como los gritos de su sobrino. Agregó que hace siete meses también le mataron a otro hijo.
Las autoridades policiales hasta el momento no conocen el móvil del crimen, ni la identidad de los autores criminales del crimen.