Aline Ketline Mendes encontró en el piso un sobre con una nota escrita. Descubrió que el dinero era para pagar una factura de agua y que provenía de una familia que llevaba meses alimentándose solo de huevos.
Nunca se sabe qué puede ocurrir cuando grandes cantidades de dinero se extravían. Lo más seguro es pensar que ese dinero nunca más volverá a aparecer, ya que cualquier persona podría encontrarlo y dejárselo para sí mismos. Sin embargo, hay veces que lo impensado puede ocurrir.
Eso fue lo que le pasó a una familia de Santos, Brasil, luego de darse cuenta de un importante dinero que habían perdido.
Según información de So Noticia Boa, este efectivo fue encontrado por Aline Ketline Mendes, una mujer que halló un sobre, una factura de la cuenta de agua de una casa y una nota. Las tres cosas estaban tiradas en el piso.
La mujer que realizó el hallazgo, quien es además comerciante en la costa de la ciudad, de inmediato se sentó cerca de un banco para comprobar qué era lo que traía el sobre. Ahí su sorpresa fue mayúscula cuando entendió que el sobre contenía una suma de 17 dólares que tenían que ir dirigidos a la factura de agua.
Además, la nota decía: “Hija, con el cambio compra huevos para mañana“. Aline entendió que la nota estaba dirigida de una madre a su hija y que el sobre era para que ella pudiera pagar la factura.
Como supo que se trataba de un dinero que debía usarse para pagar una deuda, Aline decidió ir a pagar la factura, que fue por 14 dólares, y luego sacarle una foto al cambio y a la nota, para subirla a redes sociales.
En menos de 24 horas la foto fue viralizada rápidamente por los seguidores de Aline y se logró encontrar a la dueña del dinero.
“Logramos encontrar a la persona y le donamos unos 9 dólares que tres seguidores míos habían transferido para que la mujer pudiera comprar más huevos. Se puso muy contenta y dijo que, con esta crisis, el huevo es la única proteína que comen“, explicó.
La dueña del dinero, que no quiso ser identificada, estaba muy agradecida por el gesto de Aline, ya que vive con un salario mínimo de 230 dólares y debe cada día arreglárselas como puede para criar a su hija.
Según la comerciante, la mujer le dijo que “iba a mantener la factura vencida hasta fin de mes. La sensación que tuvo fue de alivio“.
