Ya han pasado más de 30 años desde que Madonna sacudió al mundo a través del videoclip de la canción Like a Prayer, en el que mostraba una representación erótica de Jesucristo junto a varios crucifijos ardientes. Corría el 1989 y la cantante se enfrentaba a numerosas críticas de grupos cristianos, especialmente católicos. Sin embargo, la artista desoyó a aquellos que calificaban de ofensivo su trabajo. Hoy, tras varios escándalos relacionados por su interpretación y uso de la simbología católica en sus controvertidos conciertos, Madonna ha solicitado conversar con el Vaticano.
A sus 63 años, la artista ha asegurado que Francisco es su papa favorito y considera que debe hablar con él sobre su pasado. En concreto, quiere discutir con el pontífice acerca de las tres excomuniones a las que, presuntamente, fue sometida por el Vaticano durante toda su carrera musical. A través de su cuenta de Twitter, Madonna ha publicado un mensaje en el que ironizaba sobre esta decisión. «Hola, Papa Francisco. Soy una buena católica. ¡Lo juro! ¡Quiero decir, no juro!», comunicaba con humor. «Han pasado algunas décadas desde mi última confesión. ¿Sería posible reunirnos algún día para discutir algunos asuntos importantes?», preguntaba en su cuenta con casi 3 millones de seguidores.
Para terminar con su comunicado, la estrella del pop ha expresado abiertamente su opinión acerca de sus excomuniones. «He sido excomulgada 3 veces. No me parece justo», revelaba. Con este mensaje, la cantante logró casi 20 000 reacciones, más de 4.000 retuits y 800 comentarios. Con opiniones de todo tipo. Madonna ha recibido apoyos, críticas y comentarios de católicos y no católicos. Pero aún no ha logrado la reacción del papa Francisco. Del que parece esperar indulgencia o una respuesta que se popularice.
LAS EXCOMUNIONES
Desde aquel concierto de 1989 donde Madonna mostró a un Cristo sexualizado rodeado de cruces en llamas, la artista ha seguido usando simbología católica reinterpretada sin temor a ser crucificada por el Vaticano. En 1990, durante su gira Blonde Ambition, usó en escena a bailarinas disfrazadas de monjas. Pero su momento más crítico llegó durante un concierto en Roma en 2006, donde la diva estadounidense incluso llegó a atarse ella misma a un crucifijo luminoso y gigante. Fue ahí donde el Vaticano emitió un comunicado: «Este concierto es un desafío blasfemo a la fe y una profanación de la cruz. Debería ser excomulgada», aseguraban desde la institución en manos de Benedicto VI.
Aunque la Iglesia Católica nunca ha hablado abiertamente sobre la expulsión de Madonna del rebaño, sí lo ha hecho la cantante. Quien siempre ha asegurado que fue excomulgada hasta tres veces. «He sobrevivido a un papa y te voy a sobrevivir a ti», comunicaba Madonna en 2008. Durante su gira Sticky & Sweet, la artista le dedicó a Benedicto XVI su tema Like a Prayer. «Porque yo también soy hija de Dios», expresaba ante el público.
De padre de ascendencia italiana y madre de origen franco-canadiense, Madonna recibió durante su infancia una educación católica que nunca ha ocultado y que le ha inspirado para armar escenografías y componer canciones. Todo ello a pesar de haberse abierto hacia otras creencias, como la fe judía. Ya que en 2007 se autoproclamó como «embajadora del judaísmo» Ahora, busca el favor de un papa del que dice: «Parece ser abierto de mente».
