Marina Gonzaga, de 57 años, cuidó de Murilo en un hospital de Brasilia (Brasil) tras nacer en situación de discapacidad, y cuando supo que iba a ser dado en adopción postuló para convertirse en su madre y darle todo su amor.
Son muchos los bebés que llegan al mundo y quedan en adopción al no estar con sus madres por distintos motivos, pero el consuelo es que siempre habrá otra persona que vea en ellos el amor y las ganas de cuidarlos y acogerlos como un hijo suyo.
Desde el momento en que la técnica en enfermería Marina Gonzaga, de 57 años, conoció al pequeño Murilo en la UCI de un hospital en Brasilia (Brasil), supo que quería convertirse en su mamá y darle la bienvenida a su hogar.

El bebé nació con hidranencefalia, es decir con líquido en la cabeza en lugar de los hemisferios cerebrales. Solo y en situación de discapacidad, recibió los cuidados de Marina y su equipo médico.
En cuanto ella supo que el pequeño iba a ser enviado a un hogar para niños con vulnerabilidad social y sin familia una vez que dejara el hospital, sintió en su corazón el deseo de adoptarlo y darle una nueva vida a su lado.

Murilo pasó dos meses en el hogar esperando ser adoptado por alguien de buen corazón, hasta que llegó el gran día en que le dijeron a Marina que su solicitud de adopción fue aceptada.
La alegría no podía ser más grande para la técnica de enfermería, sobre todo al replicar el ejemplo que dieron sus padres adoptivos en el momento que la eligieron cuando tenía tan solo un año de edad.
“Me encariñé con él y decidí que quería ser su madre. Inicié el proceso de calificación para adoptarlo de inmediato, aunque sabía que, al buscar una familia para Murilo, el Juzgado de la Infancia y la Juventud respetaría la línea de solicitantes ya calificados”, comentó Marina a Só Notícia Boa.
Si bien está más que contenta de tener al bebé en su vida, confesó que no ha sido muy fácil salir adelante sola, ya que debe costear el arriendo de su casa y los tratamientos de Murilo a los que se somete a diario, además de los cuidados básicos como pañales y medicinas. Es por ese motivo que se ha iniciado una campaña para recibir donaciones en su ayuda por medio de una página.
Gracias a la atención y amor que Marina le ha dado al niño, Murilo ha cumplido 1 año y ha crecido fuerte y saludable, envuelto en el cariño que su madre le da día a día.