Glauco y Gelison, hermanos de 7 y 9 años de edad, pasaron 27 días desaparecidos en el interior de la floresta amazónica en Brasil, hasta que el martes pasado un leñador los encontró. Presentaban un cuadro de desnutrición extrema y quemaduras en la piel.
Los menores, una niña y un niño, indígenas de la etnia mura, desaparecieron el 18 de febrero en la región del municipio de Manicoré, a unos 390 kilómetros de Manaus, capital del estado de Amazonas, y en pleno periodo de lluvias.
Salieron para observar y cazar pájaros por los alrededores de su casa y nunca volvieron. Un equipo del Cuerpo de Bomberos inició una operación para encontrarlos, pero cinco días después los trabajos quedaron suspensos. La familia y los vecinos nunca desistieron y continuaron la búsqueda.
En una entrevista a Rede Amazónica, Rosinete da Silva Carvalho, madre de los menores, relató que sobrevivieron comiendo sorva, una fruta típica de la región, y bebiendo de los ríos y de agua de lluvia.
«Le pregunté: ‘Hijo mío, ¿no comisteis nada?’. Me dijo: ‘Comimos sorba, mamá», contó la madre, quien explicó que los niños están acostumbrados a esa fruta porque otro de sus hijos siempre les lleva una bolsa a casa cuando regresa de cazar.
En el tiempo que estuvieron desaparecidos, los hermanos recorrieron unos 35 kilómetros. «Es una región bien inhóspita», comentó Januário Carneiro da Cunha Neto, coordinador de Distrito Sanitario Especial Indígena de Manaus, quien aseguró que ya no había esperanza de encontrarlos.
«Estaban visiblemente consumidos y en estado de caquexia, lo que sería el grado más alto de desnutrición, cuando el cuerpo ya no tiene suficiente para consumir para transformarlo en energía y termina usando la energía que tiene en las fibras musculares para mantenerse con vida», explicó a Folha de Sao Paulo una de las médicas que les atendió en Manicoré.
El jueves fueron trasladados en avión a un hospital de Manaus porque el centro médico de Manicoré no contaba Unidades de Terapia Intensiva (UTI) y tampoco tenía pediatras.
Uno de los menores llegó al hospital pesando 12,3 kilos y el otro con 15,6 kilos. El jueves ya habían aumentado dos kilos.
No es la primera historia de superación tras perderse una persona en la selva amazónica. El año pasado, el brasileño Antonio Sena pilotaba un avión rumbo a una mina ilegal en el estado Pará, región amazónica, cuando el motor se paró y el aparato se precipitó a tierra. Sena salió ileso, pero se vio en medio de la selva, donde pasó 38 días antes de ser rescatado.
En febrero de este año, el portal Amazonia Real reportó el caso de dos indígenas, de 24 y 20 años, que fueron rescatados tras perderse durante dos días en una región de difícil acceso en Canutama, en el sur del estado de Amazonas.