Hasta hace poco se creía que los tiburones no duermen en absoluto, puesto que se consideraba que si lo hicieran no podrían respirar. Ahora, sin embargo, un estudio realizado por un grupo de investigadores de instituciones científicas de Australia demostró mediante registros de indicadores fisiológicos que estos peces sí experimentan periodos de sueño con el objetivo de conservar energía.
Como parte de la investigación, publicada este miércoles en la revista Biology Letters, los científicos dirigidos por Michael Kelly, de la Universidad de Australia Occidental, se encargaron de estudiar los signos de sueño en el tiburón damero (‘Cephaloscyllium isabellum’), llamado así por el patrón de color de manchas oscuras de su piel, que se asemeja a un tablero de ajedrez.
¿Qué factores se analizaron?
Los científicos estuvieron evaluando durante un periodo de 24 horas los cambios en la tasa de consumo de oxígeno de siete tiburones dameros, que fueron colocados en una cámara de respirometría sellada de flujo intermitente, empleado para medir este parámetro.
Asimismo, como parte del estudio, se analizaron comportamientos asociados con el sueño tales como el estado de los ojos (abiertos o cerrados) y la postura corporal (vertical o plana). Estas pruebas se realizaron con el propósito de definir si el sueño es un determinante en la conservación de energía de los vertebrados de sangre fría.
¿Cómo supieron que los tiburones dormían?
El estudio reveló que los niveles de oxígeno de los tiburones fueron significativamente bajos durante el periodo de sueño, que tuvo una duración de al menos 5 minutos. En cambio, durante el periodo de actividad de los animales, es decir, cuando se encontraban nadando, se registraron niveles altos de oxígeno.
Los tiburones mantenían sus ojos abiertos mientras nadaban, mientras que durante el estado de sueño los ojos de los animales permanecían cerrados con mayor frecuencia. Los cambios posturales se asociaron también con el sueño, ya que cuando dormían los tiburones adoptaban una postura corporal plana, mientras que cuando se encontraban en reposo permanecían erguidos.
No obstante, los tiburones que estuvieron inactivos por la noche durante el periodo de sueño de 5 minutos mantuvieron los ojos abiertos en el 38 % de los casos, lo que sugiere que el cierre de los ojos se asocia con un factor externo, como la molestia por la presencia de luz, en lugar de con el hecho de estar dormido.
Los científicos planean centrar su futura investigación en los cambios en la actividad cerebral para obtener un análisis más completo del sueño en estos vertebrados.