El caso de Edith Macefield, de 84 años, conmovió al mundo en 2006, cuando rechazó 1.000.000 de dólares que le ofreció un centro comercial para construir sobre su terreno. Prefirió mantener el hogar con el que vivió con su madre hasta su fallecimiento dos años luego.
El dinero puede comprar muchas cosas pero no todo. Una gran cantidad de dinero puede hacer cambiar de opinión a la mayoría de las personas, pero cuando se trata de preservar algo de valor sentimental sumamente importante, ni el monto más jugoso podrá hacer torcer la voluntad de algunos.
Así es el caso de Edith Macefield, una anciana de 84 años que rechazó una oferta de 1.000.000 de dólares por la compra de su casa, cuando una constructora planeaba la instalación de un centro comercial en esta localidad en Seattle, Washington, Estados Unidos.

Según reseñó LadBible, esto ocurrió en 2006 cuando Macefield se negó a ponerle precio a su vivienda y así obligó al centro comercial a construirse a los alrededores de su casa, pero sin irrumpir en su terreno. De esa forma se generó al imagen surreal que le dio vuelta al mundo, junto con la historia de la abuela.
Actualmente se mantiene la fachada de la casa de unos 108 años, con el enorme centro comercial rodeándola. Y es que, para Macefield era invaluable su propiedad, donde vivió junto a su madre cuando la adquirieron en 1952.

Tan particular fue el caso que el el gerente de construcción del centro comercial, Barry Martin, se volvió un íntimo amigo de la anciana, lejos de tener cualquier dualidad. De hecho, Martin se encargó de cuidarla, llevarla al médico y también alimentarla. Incluso, él heredó la casa cuando Macefield falleció en 2008.
Vendió la casa luego por una gran necesidad económica, aunque el deseo siempre fue preservarla como el tesoro de la anciana. “Me dijo que aguantara hasta que obtuviera mi precio. Loa vendí por 310.000 dólares“, comentó durante una transmisión del programa Strange Inheritance, en Fox.
Esta casa también se hizo conocida durante el estreno de la película de Disney Up!, por su gran parecido con la vivienda de los protagonistas. Por ello los productores de la película llevaron los mismo globos que aparecen en el filme y los pusieron sobre la casa de Macefield, para promocionar el estreno.

“Querían poner globos en la casa para su estreno aquí en Seattle. Así que salieron y pusieron globos en la casa y se tomaron una foto, y así fue como se convirtió en la casa Up”, contó Martin. Sin embargo, aunque se ha dicho que esta casa inspiró a la producción de la película, no hay nada que lo confirme.

“Después de ver la película, en realidad había algunas fotografías que se parecían mucho a la imagen de la película”, añadió. Hasta la actualidad se mantiene la misma fachada de la casa, en su misma ubicación, rodeada por el centro comercial.