Una mujer de 34 años se desmayó por un fuerte dolor de espalda. Cuando despertó los médicos le dijeron que debían amputarle los dedos.
Sadie Kemp es una madre de dos hijos proveniente de Peterborough, una localidad ubicada a poco más de cien kilómetros al norte de Londres, Inglaterra. Durante la Navidad, mientras armaba un juguete, empezó a sentir un fuerte dolor de espalda.
La mujer de 34 años relató que estaba armando una cocina de juguete para su hijo de dos años, cuando sintió un terrible dolor.
“Creí que mi espalda me dolía por estar agachada y poner los tornillos, pero entonces el dolor se puso peor”, contó al diario The Mirror.
Al principio creyó que la molestia cedería con un baño, pero al paso del tiempo solo empeoró hasta ser paralizante.
Me dije que me daría un baño, pero media hora después gritaba de dolor en el piso, sentía que alguien trituraba mi riñón”.
Acudió de emergencia ese mismo día al hospital y solo le recetaron analgésicos. Al día siguiente, el 26 de diciembre, volvió de emergencia al hospital, víctima de un choque séptico.
Los médicos pusieron a Sadie en coma inducido y la tuvieron en terapia intensiva por dos semanas.
“Me tenía llena de medicamentos para mantener mis órganos vivos, pero mis extremidades empezaron a sufrir”, dijo.
Por el choque séptico, sus extremidades empezaron a padecer de necrosis.
“No había suficiente sangre en mis brazos y piernas y el tejido empezó a morir”.
Cuando despertó, los médicos le dijeron a Sadie que debían amputarle las cuatro extremidades. Y, aunque el tejido mostró cierta mejora, finalmente le amputaron los diez dedos de las manos.
Actualmente, los médicos analizan si deben amputar sus pies. Sadie fue víctima de una sepsis, que es una reacción extrema del cuerpo humano ante una infección.
Esta disfunción orgánica pone en riesgo rápidamente la vida del paciente. En el caso de Sadie, la sepsis fue producida por una piedra en el riñón.
Ahora mismo, Kemp no solo debe lidiar con los estragos de la enfermedad, sino que debe proveer a sus dos hijos, de 16 y 2 años de edad. Por trabajo, Sadie viajaba por todo el Reino Unido, pero esta enfermedad le hará imposible retomar dichas actividades.
Sus amigos han abierto una campaña de GoFundMe. El fin es recaudar tanto dinero para los cuidados que requiere Sadie, como para sus hijos.
Hasta el momento, han recaudado 14 mil libras, equivalentes a 380 mil pesos. Pero Kemp teme que pueda perder su casa por las secuelas de la enfermedad.
“No estoy ganando dinero para mis hijos. No tienen un techo sobre sus cabezas y eso me hace sentir muy mal. Solo quiero estar ahí para ellos y darles algo de seguridad”, dijo.