La propagación del virus SARS-CoV-2 en animales puede afectar la salud de estas poblaciones y facilitar la aparición de nuevas variantes del virus que causa Covid-19, advirtieron la Organización Mundial de la Salud (OMS), la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) y la Organización Mundial de Sanidad Animal (OIE).
Las organizaciones advierten que se han observado contagios en animales domésticos y salvajes criados en libertad, cautivos o de granja, como los grandes felinos, los visones, los hurones, el venado de cola blanca norteamericano y los grandes simios.
Los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades de Estados Unidos (CDC por sus siglas en inglés) han registrado el virus en animales de compañía, incluidos gatos, perros y hurones, así como en animales en zoológicos y santuarios, incluidos varios tipos de grandes felinos, nutrias, primates no humanos, un binturong, un pizote, un gato pescador y hienas.
Asimismo, reporta que mamíferos, incluidos ratones de campo, murciélagos frugívoros, hámsteres, visones, cerdos, conejos, perros mapaches, musarañas arborícolas y venados de cola blanca pueden infectarse con el virus. Los macacos rhesus, los macacos cynomolgus, los babuinos, los grivets y los titíes comunes pueden infectarse con el SARS-CoV-2 y enfermarse en un entorno de laboratorio.
A su vez, el Servicio de Inspección de Sanidad Animal y Vegetal (APHIS, por sus siglas en inglés) del Departamento de Agricultura de Estados Unidos ha contabilizado más de 300 animales de 15 especies infectados por Covid-19.
La FAO, la OIE y la OMS recalcan que, a pesar de que la vida silvestre no juega un papel importante en la propagación del SARS-CoV-2 en humanos, casos de transmisión de han reportado en hámsteres domésticos y visones de granja.
Ante esto, las organizaciones hacen un llamado a todos los países para que tomen medidas para reducir el riesgo de transmisión del SARS-CoV-2 entre humanos y la vida silvestre con el objetivo de reducir el riesgo de aparición de variantes y proteger tanto a los humanos como a la vida silvestre.
Reiteran que los cazadores no deben rastrear animales que parezcan estar enfermos ni cosechar aquellos que se encuentren muertos, mientras que las personas no deben acercarse ni alimentar a los animales salvajes, ni tocar ni comer a los huérfanos, enfermos o encontrados muertos (incluidos los atropellados).
Asimismo, afirman que es fundamental desechar de manera segura los alimentos, los cubrebocas, los pañuelos y cualquier otro desecho humano.
De igual forma, instan a los países a promover el monitoreo de la vida silvestre y alentar el muestreo de animales salvajes, así como notificar los casos confirmados en animales a la OIE a través del Sistema Mundial de Información Zoosanitaria (OIE-WAHIS).
Además, afirman que se debe monitorear a los mamíferos silvestres e informar los resultados a los Servicios Veterinarios Nacionales (que informan estos hallazgos a la OIE).
Por último, recalcan que “ningún animal que se encuentre infectado con SARS-CoV-2 debe ser abandonado, rechazado o sacrificado sin proporcionar una justificación de una evaluación de riesgos específica del país o evento”.