Continúan los ataques de Rusia sobre Ucrania y ya son los civiles los que están sufriendo las consecuencias del conflicto en primera persona. Una situación dramática para todos, pero especialmente para aquellos más vulnerables.
En el hospital infantil de Okhmadet, en Kiev, los niños con cáncer han tenido que ser trasladados al sótano del edificio ante la cercanía de las bombas. Allí reciben su tratamiento, mientras que piden el fin de una guerra que está golpeando duramente a sus vidas.
Aquellos en cuidados intensivos y que no se pueden desplazar también se les ha llevado a zonas seguras del edificio, mientras que ya empiezan a faltar cosas como alimentos para los bebés y oxígeno.