Cuando una persona suele recomendar una serie a otra persona, la primera pregunta que surge es: “¿Cuántas temporadas tiene?”. Con frecuencia, los espectadores suelen expresar mayor interés por una trama entretenida, pero no tan duradera, puesto a que no tienen que esperar tanto tiempo para conocer el desenlace de la historia por el tiempo de producción de la misma. Es por eso que las grandes productoras apuntan más por el estilo de miniseries
Además del tiempo de producción, otro de los obstáculos que desfavorece la posición de las series, es la incertidumbre de que en cualquier momento pueda ser cancelada, debido a que, en el pasado, plataformas como Netflix no han dudado en cancelar un proyecto a pesar de su éxito entre los usuarios.
También, hay una cuestión vinculada a los artistas que son elegidos para protagonizar este tipo de ficciones. Son cada vez más las estrellas que encabezan producciones de la pantalla chica, como el reciente caso de “Pam y Tommy” con Sebastian Stan y Lily James.
Cabe destacar que, lo que antes era una fuerte división entre cine y series, en la actualidad tiene una línea bastante difusa. Los actores que antes veían como prestigioso al cine y dejaban de lado ofertas vinculadas a la televisión ya no temen aceptar papeles en ficciones episódicas.
Asimismo, el factor económico juega un papel importante en el tema de series o miniseries. Todo radica en el hecho de que se pueda contar una historia en una sola temporada hace que, si la serie es un fracaso, no sea tan terrible terminarla.
Por otro lado, el éxito y las potenciales subidas de salarios para un protagonista no se volverán un obstáculo y en caso de no haber acuerdo, siempre habrá un final cerrado. En este sentido, está claro que a los televidentes no les gustan, o cada vez les gustan menos, los cierres abiertos y sin explicaciones.