La alerta de tsunami en varias regiones de Chile y la evacuación de casi todo el borde costero en pleno verano provocó una gran agitación en el país, que todavía sigue pendiente de los posibles efectos de la erupción de un volcán cerca de la isla de Tonga, en el océano Pacífico.
El desalojo de las playas se desarrolló en general con relativa calma, aunque se registraron algunos tacos de automóviles y aglomeraciones de peatones tratando de alejarse de la costa con enseres y mascotas en las zonas costeras más concurridas.
Miles de personas recibieron a lo largo del día uno o varios mensajes de texto alertando sobre el posible tsunami y saltaron las alarmas en cientos de playas a través de altavoces: «Alerta de tsunami, concurra a zonas seguras», decían.
Inicialmente, el Servicio Hidrográfico y Oceanográfico de la Armada de Chile (SHOA) declaró «Estado de Precaución» por riesgo de «tsunami menor» en varias regiones y algunos territorios insulares del Pacífico, como la Isla Rapa Nui, popularmente conocida como Isla de Pascua.
Con el transcurso de las horas, el nivel de alarma fue escalando hasta que se decretó «Alerta Roja» en cuatro regiones, un grado más en la escala de riesgo, que indica que «olas de mediana envergadura» podrían azotar las costas.
Así lo informó el subdirector de operaciones de la Oficina Nacional de Emergencias de Chile (Onemi), Claudio Aldea, que agregó que en estos lugares se estableció una cota de seguridad de 30 metros sobre el nivel del mar.
Según el último reporte, se encuentran bajo «Alerta Roja» la región de Atacama (norte), Coquimbo (centro-norte) y Los Ríos y Los Lagos (sur).
«En estas zonas, la altura de la marea indica que hay anomalías que no son las que corresponden (…) Las mediciones hechas por la Armada han sobrepasado el metro», agregó Aldea.
También se evacuaron las costas de otras 10 de las 16 regiones que se extienden por todo el borde costero del país: Arica y Parinacota, Tarapacá, Antofagasta, Valparaíso, O’Higgins, Ñuble, Biobío y la parte más austral de la región de Magallanes y la Antártida.
A estos territorios se suman las costas de Isla de Pascua, ubicada 3.800 kilómetros hacia el interior del Pacífico desde del borde continental; el archipiélago de Juan Fernández y la isla San Félix, ambas a 600 kilómetros de la costa continental de Chile aproximadamente.
El anuncio se produjo horas después de una violenta erupción de un volcán submarino cerca de la isla de Tonga, en el Pacífico Sur, que provocó un feroz tsunami que ha encendido las alarmas y se ha hecho notar en otras naciones de la región.
Por ahora no han llegado grandes oleajes a las costas chilenas, aunque a través de redes sociales se difundieron imágenes de recogimiento del mar en varios puntos del país como en la región del Bíobio o Valparaíso (centro), cuyas costas funcionan como ciudades balneario.
«En principio, estos recogimiento podrían ser anecdóticos, aunque también es posible que el mar regrese con más fuerza. Todo lo que va, vuelve», agregó Aldea.
Con más de 6.400 kilómetros de costa, Chile es el país con más litoral del mundo y también uno de los más sísmicos, lo que lo hace proclive a sufrir más terremotos y tsunamis.
Después del gran sismo de 2010, de magnitud 8,8 y seguido de un fuerte tsunami, que dejó 525 fallecidos, se fundó el primer sistema de alerta unificado que envía mensajes a todos los celulares del territorio y que en muchas personas revive el recuerdo de aquella catástrofe.
En la isla de Tonga, el tsunami dejó imágenes devastadoras con envites de agua que azotaron con fuerza las costas y golpearon durante unos 15 minutos las viviendas y edificios asentados en la primera línea de la playa en el norte de Tongatapu.
El fenómeno también se notó en Japón, con olas que superaron el metro de altura, y en otros países como Estados Unidos y Canadá, con pequeños fuertes oleajes e inundaciones leves.
Con información de EFE.