El presidente de Turkmenistán dio la orden de extinguir una gigante llama de gas natural, que emerge de un cráter en este país de Asia central, y que es conocida como “puerta al infierno”, indicó este ayer la televisión estatal.
El también denominado pozo de Darvaza, que lleva ardiendo décadas, se halla en la mitad del gran desierto de Karakum, y se ha convertido en una de las grandes atracciones de esta remota ex república soviética.
Su presidente, Gurbanguly Berdymujamedov, dijo que el cráter, creado accidentalmente por el hombre, “afecta negativamente el medio ambiente y la salud de la gente que vive en los alrededores”, en una declaración televisada.
Berdymujamedov dio así instrucciones para que “se encuentre una solución para extinguir el fuego”. Además, esta combustión supone el gasto de gas natural del que se podrían obtener recursos para la prosperidad de la nación.
“Estamos creando y vamos a seguir creando todas las condiciones necesarias para el desarrollo de las colosales reservas de recursos de hidrocarburos de nuestra patria neutral e independiente en interés de sus gentes originarias”, agregó el mandatario.
Así, el vice primer ministro turkmeno, Shahim Abdrahmanov, responsable de la industria energética, ordenó convocar a científicos y, si fuera necesario, a especialistas extranjeros, para apagar las llamas, que en las últimas décadas se habían convertido en una atracción turística.
El pozo se encuentra en mitad del desierto de Karakum, a unos 260 kilómetros al norte de la ciudad de Asgabat. En 2010 las autoridades ya se plantearon apagar el cráter, pero finalmente desistieron.
La “puerta al infierno” se creó tras un accidente en 1971, durante unas obras de prospección de gas hechas en la era soviética.
En la exploración los expertos se toparon con una cueva subterránea llena de gas natural y para evitar que el cráter ocasionara el escape de varios gases naturales peligrosos, el equipo decidió prenderle fuego, por lo que lleva medio siglo en llamas.
El resultado es un cráter de 70 metros de ancho y 20 de profundidad. En 2018, el presidente le puso oficialmente el nombre “Resplandor de Karakum”.
(Con información de AP, AFP y Europa Press)