Unas diez personas han fallecido en las últimas jornadas luego de las inundaciones y avalanchas casadas por las intensas lluvias que han caído en diversas provincias de Afganistán, según informaron las autoridades del gobierno talibán.
Medios locales reseñaron que hasta el momento 11 personas fallecieron y hay 23 heridos en Kabul, ciudad capital y en las provincias de Fará, Helmand, Jauzján, Kandahar, Nangarhar, Nimroz y Tajar.
De acuerdo con el Ministerio de Gestión de Desastres, decenas de ciudadanos han sido rescatados de zonas inundadas por las lluvias, que han provocado también modificaciones en los vuelos del aeropuerto internacional de Kabul.
La comunidad internacional advirtió en reiteradas ocasiones del peligro de la llegada del invierno y lo que significaría para el agravamiento de la crisis humanitaria que ya enfrenta la nación centroasiática. La Secretaría General de Naciones Unidas ha recaudado unos 1.500 millones de dólares para esta causa, según anunció el portavoz del organismo, Stéphane Dujarric.
A su vez, el portavoz de los talibanes, Imanulá Samangani, ha pedido a la comunidad internacional que se distribuya la asistencia en coordinación con las autoridades, mientras agradeció por el apoyo brindado al pueblo afgano.
Los talibanes han denunciado que las sanciones impuestas al país tras su toma del poder son un castigo para el pueblo afgano y solicitaron que se liberen los fondos del banco central y que se retiren las medidas punitivas desde su llegada al poder.
Datos de la Oficina de Naciones Unidas para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA), indican que 22,8 millones de afganos sufre hambre e inseguridad alimentaria de un total de entre 39 y 40 millones de personas en total. Asimismo, el Programa Mundial de Alimentos estima que al menos un millón de niños sufre desnutrición aguda.
Afganistán está viviendo nevadas y lluvias con grandes pérdidas económicas y víctimas mortales. Varias carreteras nacionales se vieron atascadas por las precipitaciones.