Al menos siete personas, entre ellos un menor de 15 años, fallecieron en un enfrentamiento entre grupos armados durante la celebración de fin de año en un pueblo en Venezuela, según informaron este lunes las autoridades chavistas.
La balacera, que duró aproximadamente siete horas y dejó además dos heridos, se registró en Barrancas del Orinoco, un pueblo de 30.000 habitantes en el estado Monagas (este), según información a la que accedió la agencia AFP.
“Se presentaron varios sujetos desconocidos, quienes sin mediar palabras comenzaron a disparar hacia los presentes, originándose un intercambio de disparos”, detalló el documento de la policía nacional, que encontró unos 1.000 casquillos de distintos calibres en el lugar y calificó el incidente como un “ajuste de cuentas”.
De los siete fallecidos, seis fueron identificados, mientras que los heridos fueron ingresados en un hospital del vecino estado Delta Amacuro.
La policía identificó a algunos de los involucrados como miembros de la banda “Sindicato de Barrancas”, que opera desde hace años en la zona, y dijo que el otro grupo aún está por identificar, aunque dirigentes opositores y medios locales señalan que se trata de miembros de la guerrilla colombiana.
De acuerdo con María Gabriela Hernández, ex diputada de Monagas por la oposición, “grupos irregulares de acento colombiano” se disputan el control de esta región que, asegura, es base para trata de personas y contrabando de minerales, drogas y armas.
En esta zona, ubicada a unos 1.000 kilómetros de la frontera con Colombia, “la población no distingue si son (miembros de la guerrilla del) ELN o (las extintas) FARC”, señaló en Twitter.
Este hecho tuvo lugar en medio de la creciente tensión entre guerrilleros colombianos que también operan en suelo venezolano bajo el amparo de la dictadura de Nicolás Maduro.
La guerra entre disidencias de las FARC y la guerrilla del ELN por el control territorial en el departamento colombiano de Arauca, limítrofe con Venezuela, se ha recrudecido en este comienzo de año con una ola de violencia que deja al menos 24 personas muertas.
Los asesinatos en los primeros días de 2022 tuvieron lugar en diferentes zonas de los municipios de Tame, Fortul, Saravena y Arauquita, en el oeste de Arauca, que históricamente ha sido fortín del Ejército de Liberación Nacional (ELN) y donde tras la firma de la paz con las FARC empezó a disputarles el territorio una disidencia de ese grupo.
Arauca es un departamento petrolero y agropecuario donde hace décadas se hizo fuerte el Frente de Guerra Oriental del ELN, el más poderoso de esa guerrilla, fuerza ahora desafiada por el Frente 10 de las disidencias, que ocupó espacios dejados por las antiguas FARC y que se financia principalmente con extorsiones, secuestros y tráfico de drogas.
Con información de AFP y EFE