Una semana después de que el Ejército, la Guardia Nacional (GN) y la Fiscalía General de la República (FGR) realizarán en Culiacán el decomiso de fentanilo puro más grande de la historia (118 kilos de pasta base, con un valor aproximado de 970 millones de pesos), el Departamento de Estado de los Estados Unidos anunció que ofrecía USD 5 millones por información relevante que llevara a la captura de Aureliano Guzmán, El Guano, hermano mayor del Chapo Guzmán.
La fiscalía general del país vecino del norte señala a El Guano no solo como un traficante de heroína, fentanilo y cocaína. También lo acusa, junto con los hermanos Ruberto, José y Heriberto Salguiero-Nevarez, directamente de ser el responsable de al menos el 63% de las 96,000 muertes por sobredosis ocurridas en EEUU entre marzo de 2020 y el mismo mes del 2021.
Aunque su figura ha sido un tanto borrosa en el árbol genealógico de los grandes capos mexicanos, dentro del también llamado Cártel del Pacífico ha sido considerado desde hace tiempo como “el verdadero señor de la sierra”, al menos en la zona que comprende el Triángulo Dorado, donde nada se mueve sin su previa autorización. La Administración de Control de Drogas (DEA, por sus siglas en inglés) lo sitúa al frente de la organización fundada por su hermano menor y sobre él dice que le disputa el poder y los territorios a sus cuatro sobrinos: Iván Archivaldo, Jesús Alfredo Guzmán Salazar, Ovidio Guzmán y Joaquín Guzmán López, mejor conocido como Los Chapitos.
En un libro publicado este 2021, el Fixer, su autor, el periodista Miguel Ángel Vega Obeso, colaborador del semanario Ríodoce, afirma haberlo visto en La Tuna. Vega llegó una tarde a ese poblado en compañía del director español Pablo García-Inés para filmar un documental. Pasaron a saludar a la mamá del Chapo, María Consuelo Loera Pérez, a quien vega conocía por coberturas anteriores. La señora Loera los invitó a cenar.