El cuerpo de la reconocida maestra María Espinoza despareció misteriosamente del nicho donde había sido enterrada hace cuatro meses en el cementerio de Santa Rosa en Copán.
La familia aduce haber pagado 14 mil lempiras al celador del camposanto, quien parece entregó el cadáver a otro pariente de la maestra que lo reclamó.
El hecho confuso tiene disgustada a los familiares quienes piden explicación al responsable.