El colesterol alto puede ser la causa de que aparezcan ciertas señales inusuales en el cuerpo. Por ejemplo, tener niveles altos de colesterol puede causar una afección cutánea conocida como ‘xantoma’.
Los xantomas son bultos que pueden presentarse en todas las formas y tamaños, solos o en grupos, de forma brusca o progresiva… Su hallazgo no debe alarmarnos en un primer momento, pero conviene estar atento a cambios o nuevas apariciones ya que pueden darnos pistas sobre la existencia de alteraciones en los niveles lipídicos en sangre, e indicar una predisposición genética al colesterol alto.
Los niveles altos de colesterol son problemáticos, ya que significa que hay demasiado colesterol malo ‘flotando’ en la sangre, lo que puede provocar complicaciones graves. Como no presenta ningún síntoma obvio en las primeras etapas, muchas personas no lo saben hasta que es demasiado tarde. Sin embargo, tener síntomas de esta afección cutánea podría ser lo que necesitabas para ponerte sobre la pista.
Uno de los sitios donde suelen aparecer los xantomas es en los pies, concretamente en la parte posterior del talón, y después, en las articulaciones de las manos. Aunque pueden salir en cualquier parte del cuerpo como en codos, rodillas o nalgas.
Estas lesiones cutáneas producidas por el depósito de lípidos (grasas) debajo de la piel deberían ponernos sobre alerta al indicar una elevación de los niveles de lípidos o grasas que circulan por la sangre. Lo que debe confirmarse o descartarse mediante una analítica convencional que recoja perfiles lipídicos.
La genética y el estilo de vida son factores que promueven la aparición de esta afección de la piel. Además del colesterol elevado, la diabetes, ciertos medicamentos, el alcohol, los niveles altos de insulina y los de ácido úrico pueden tener relación con los diferentes tipos de xantomas.
No solo cambian de tamaño (algunos bultos son muy pequeños, otros pueden alcanzar varios centímetros), también pueden mutar de aspecto. Al principio son pequeñas manchas o protuberancias con bordes bien definidos, planas y de consistencia firme, pero pueden cambiar con el tiempo. Básicamente, lo que sucede es que los depósitos de grasa que comienzan a crecer bajo la piel, creando bultos y crestas en la superficie del mismo color de la piel o en un tono amarillento o anaranjado.
Su presencia en los pies se asocia a diversas enfermedades del metabolismo lipídico, que pueden tener repercusiones graves para la salud. Los bultos en sí no revisten gravedad pero informan de que la persona tiene elevado el colesterol en la sangre y éste se puede depositar en los vasos, con lo que puede padecer de enfermedades de las arterias coronarias o de los vasos cerebrales, lo que a su vez aumenta el riesgo de infartos cardiacos e ictus.
El paso de tiempo influye en su aparición, al ser el envejecimiento un factor de riesgo para padecerlos. Por eso los xantomas son más comunes entre los adultos mayores. «Por lo general, no causan ningún dolor. Sin embargo, pueden ser sensibles y picar. Puede haber grupos de varios xantomas en la misma área o bultos aislados e individuales en diferentes partes del cuerpo», según publica Healthline.
En ocasiones, el xantoma surge en el contexto de otras enfermedades, como la diabetes, por problemas en el hígado, o por trastornos metabólicos familiares (hereditarios), lo que hace obligado su estudio si aparecen.
De hecho, los xantomas en los pies también podrían ser un signo de otros problemas de salud graves, como cáncer e hipotiroidismo. Para el diagnóstico, lo más probable es que el médico tenga que hacer una biopsia de piel de los bultos, y que tome varias muestras de sangre para ver qué puede estar causándolas. Esto puede conllevar la realización de más pruebas para comprobar la función hepática y analizar los lípidos, los triglicéridos y otras medidas claves para el funcionamiento adecuado de los órganos.
Los xantomas se pueden eliminar con ácido tricloroacético, cirugía o tratamientos con láser, pero volverán a salir si no se abordan los problemas subyacentes, como el colesterol alto. Lo mejor que puedes hacer es hablar con tu médico tan pronto como los vea aparecer en tus pies. Seguro que dará con la causa exacta de la aparición de los xantomas, que es la forma más segura de encontrar el tratamiento que mejor se adapte a tus necesidades.