Con el fin de mantener a sus hijos los hondureños emprender todo tipo de negocios. Es el caso de una pareja lucha diariamente, con la venta de deliciosas parrilladas.
Con este negocio el matrimonio sostiene su hogar. Laborando desde las cinco de la tarde hasta la una de la madrugada.
No cabe duda de que esta familia se ha ganado su lugar como comerciantes, con el reconocimiento de todos los clientes que diariamente buscan sus ricos asados.