La concurrida calle de Kabul parece casi como si nada hubiera cambiado. La gente pasa apresuradamente, mientras los comerciantes organizan su colorida mercancía y la policía dirige el tráfico.
Sin embargo, hay un gran cambio: casi no hay mujeres aquí. Desde que los talibanes se apoderaron de la capital afgana el domingo, la mayoría de las mujeres se han quedado en casa.
Los talibanes han dicho en repetidas ocasiones que los derechos de las mujeres estarán protegidos bajo su gobierno, pero está claro que muchas mujeres afganas están aterrorizadas ante la perspectiva de vivir bajo los talibanes.Ahora hay muchas menos mujeres que se aventuran a salir a la calle, en comparación con hace apenas unos días.
Aquellos que desafían al mundo exterior tienden a vestirse de manera más conservadora que antes, sus rostros a menudo cubiertos con niqabs o velos.
Muchas de las mujeres educadas e intrépidas que pasaron la última década construyendo sus carreras están buscando desesperadamente una salida, preocupadas de que puedan ser el objetivo de los talibanes.
«Estoy pensando en mi futuro, mis hijas, qué pasará con ellas si me matan, dos hijas sin madre», dijo una mujer a CNN.
La mujer, a quien CNN no nombra por razones de seguridad, ha trabajado para varias ONG internacionales. Dijo que ha pasado días pidiéndoles ayuda desesperadamente, pero ninguno ha respondido.
«No es fácil … tener más de 10 años de experiencia trabajando con [organizaciones] internacionales y ninguno de ellos me ayudó», dijo.
